El nuevo Decreto Supremo 47/2024 del Ministerio del Medio Ambiente establece metas de recolección y valorización para los aceites lubricantes, en el marco de la Ley de REP.
Desde junio de 2024, Chile cuenta oficialmente con un nuevo reglamento en el marco de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), esta vez dirigido a los aceites lubricantes. Se trata del Decreto Supremo 47/2024 del Ministerio del Medio Ambiente (MMA), el cual establece metas progresivas de recolección y valorización de estos residuos, además de obligaciones normativas para los productores que los introducen al mercado.
La Ley REP (N° 20.920), vigente desde 2016, busca reducir la generación de residuos y fomentar su reutilización y reciclaje, a través de una gestión responsable de productos prioritarios. Dentro de estos, los aceites lubricantes se suman a los neumáticos y envases y embalajes, cuyos reglamentos ya están en plena aplicación.
¿Qué regula el nuevo decreto?
El nuevo reglamento, contenido en el Decreto Supremo 47/2024 del Ministerio del Medio Ambiente, establece las normas para la gestión de aceites lubricantes y sus residuos en el marco de la Ley REP. Su objetivo es asegurar que estos productos, una vez usados, sean recolectados y valorizados de forma adecuada.
Para ello, define qué es lo que se entiende por aceite lubricante —ya sea mineral o sintético— y por aceite lubricante usado (ALU), es decir, aquel que debe ser desechado tras cumplir su función. Una distinción clave del decreto es la clasificación de los ALU en recuperables y no recuperables.
Solo los primeros —como los aceites de motor que pueden recolectarse— estarán sujetos a las obligaciones de gestión. En cambio, los no recuperables, que se consumen completamente o no pueden recolectarse, quedan fuera del alcance de la norma.
Este marco permite establecer obligaciones diferenciadas para los productores, avanzar hacia la economía circular y reducir los impactos ambientales de estos residuos.
Productores y nuevas obligaciones
Todos quienes introduzcan más de 66 litros anuales de aceites lubricantes al mercado nacional, ya sea como producto independiente o como parte de maquinaria o vehículos, deberán cumplir con una serie de obligaciones:
1- Inscribirse en el Registro de Emisiones y Transferencias de Contaminantes (RETC).
2- Financiar la recolección, almacenamiento, transporte y tratamiento de los ALU.
3- Asegurar que estas tareas las realicen gestores autorizados.
4- Cumplir con metas de recolección y valorización de manera progresiva, a través de un sistema de gestión individual o colectivo.
Metas progresivas hasta alcanzar el 90% de recolección
Uno de los aspectos centrales del reglamento es la fijación de metas anuales para los aceites lubricantes recuperables. Estas parten en un 50% durante el primer año y aumentan gradualmente hasta alcanzar el 90% a partir del duodécimo año.

Según el MMA, estas metas buscan asegurar la correcta gestión de un residuo altamente contaminante. De hecho, un litro de aceite usado puede contaminar hasta mil litros de agua, según cifras del propio ministerio.
¿Qué rol tienen los consumidores industriales?
Los consumidores industriales —aquellos que generan aceites lubricantes usados en sus operaciones— deberán optar entre dos alternativas: entregarlos a un sistema de gestión autorizado o valorizarlos directamente a través de gestores registrados.
Tanto si es individual como colectivo, el sistema de gestión deberá ser autorizado por el Ministerio del Medio Ambiente y contar con un Plan de Gestión que acredite su capacidad para cumplir las metas. Este plan tiene una vigencia de cinco años y debe incluir información como:
- Identificación de los productores participantes
- Estimación de los residuos a generar
- Estrategias para la recolección y valorización
- Mecanismos de financiamiento y monitoreo
Además, los sistemas de gestión están obligados a reportar periódicamente su avance, conforme a lo establecido en otras normativas como el D.S. N°12/2021, que rige los envases y embalajes.
Con la entrada en vigencia de este nuevo reglamento, Chile da un paso más hacia el cumplimiento de los compromisos en materia de economía circular y gestión sustentable de residuos. La implementación efectiva dependerá ahora del trabajo coordinado entre productores, gestores, consumidores industriales y autoridades ambientales.