¿Qué pasaría si millones de personas hicieran un pequeño cambio todos los días? Esa es la pregunta que inspira a Catalina Droguett, eco periodista y fundadora de Mujer Sustentable, quien en el Mes del Medio Ambiente nos invita a mirar nuestros hábitos cotidianos con otros ojos. Porque sí: aunque parezcan pequeñas, nuestras decisiones diarias pueden ser un motor poderoso para frenar el cambio climático.
Junio es una oportunidad para actuar. Mientras el mundo enfrenta una triple crisis planetaria —cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación— también crece la conciencia de que el cambio empieza por casa. “El medio ambiente no es un tema lejano ni complejo. Está en nuestra cocina, en nuestra ducha, en la forma en que nos movemos o compramos. Hablar de sostenibilidad no es sólo hablar de reciclaje: es hablar de cómo queremos vivir”, reflexiona Cata Droguett.
Y esa visión se sostiene en datos. En Chile, el 44% del territorio sufre desertificación o sequía, y generamos más de un kilo de basura diaria por persona, pero solo reciclamos efectivamente un 4% (Fundación Basura). ¿La buena noticia? Gran parte de ese impacto depende de nuestras elecciones individuales.
Cinco hábitos sostenibles para empezar hoy
Desde su experiencia como comunicadora y fundadora de la plataforma Mujer Sustentable, Catalina propone cinco acciones simples pero efectivas para reducir nuestro impacto ambiental y construir un futuro más consciente:
Repiensa lo que compras: Antes de llevar algo a casa, pregúntate si realmente lo necesitas. Opta por productos duraderos, locales y sin envases innecesarios. “Cada compra es un voto por el tipo de mundo que queremos apoyar”, afirma.
Muévete de forma más limpia: Elige caminar, pedalear o usar transporte público siempre que puedas. En Chile, el transporte genera cerca del 36% de las emisiones del sector energía. Cambiar un viaje en auto por uno en bicicleta es un pequeño gesto con gran impacto.
Reduce, reutiliza y recién ahí, recicla: Separar residuos es importante, pero lo es aún más evitarlos. “¿Realmente necesitas imprimir eso? ¿Puedes reparar en vez de botar?”, pregunta Cata, recordando que las tres R deben aplicarse en orden.
Ahorra agua y energía: Cerrar la llave mientras te cepillas los dientes ahorra hasta 6 litros por minuto. Apagar luces, usar electrodomésticos eficientes o desenchufar cargadores también suma.
Alarga la vida útil de lo que ya tienes: ¿Se rompió algo? Intenta repararlo. ¿No lo usas? Dónalo. Cada objeto que evitamos enviar a la basura es un acto de economía circular… y de amor por el planeta.
“No se trata de ser perfectos, se trata de ser consistentes”, concluye Catalina. “El verdadero cambio ocurre cuando muchas personas hacen lo mejor que pueden, no cuando pocas lo hacen perfecto. Ser parte de la solución está al alcance de tu mano, y el mejor momento para comenzar es hoy.”