Una nueva generación de alimentos está emergiendo gracias a la edición genética, con propuestas que no solo mejoran la nutrición y el sabor, sino que también impulsan una agricultura más sustentable y cercana a lo que el consumidor valora.
En un contexto donde las personas demandan alimentos más nutritivos, sabrosos y sostenibles, la ciencia avanza a pasos agigantados. Gracias a la edición genética, hoy ya es posible encontrar tomates enriquecidos con vitamina D, mostazas sin sabor amargo y frutas con mejor textura y mayor vida útil, sin incorporar genes de otras especies. Una verdadera revolución alimentaria que pone al consumidor y al planeta en el centro.
Innovar desde el ADN, pero con propósito
A diferencia de los transgénicos tradicionales, estas innovaciones se logran modificando los propios genes de las plantas, imitando procesos naturales con precisión. Esto permite acelerar soluciones que antes tomaban décadas, desarrollando variedades que, por ejemplo, necesitan menos pesticidas, duran más y además, ¡saben mejor!
“La edición genética representa un punto de inflexión en el desarrollo de alimentos, porque nos permite combinar sabor, nutrición y sostenibilidad en un solo producto”, afirma el Dr. Miguel Ángel Sánchez, director ejecutivo de ChileBIO. Y agrega: “Como país tenemos la oportunidad de posicionarnos como líderes regionales en biotecnología agroalimentaria”.
Casos reales que ya están cambiando lo que comemos
Entre los avances más sorprendentes se encuentran: Tomates con vitamina D3: gracias a la eliminación de un solo gen, estos tomates podrían ayudar a combatir la deficiencia de esta vitamina en la población, Hojas de mostaza sin amargor: desarrolladas por la empresa Pairwise, son más agradables al paladar y perfectas para ensaladas y Moras sin espinas ni semillas: otro desarrollo de Pairwise que mejora la experiencia de consumo sin comprometer el sabor.
Estos productos ya están siendo comercializados en países como Estados Unidos, Japón y Argentina, y se abren paso en nuevos mercados que valoran alimentos más funcionales y conscientes.
Oportunidad para Chile
Con su diversidad agroclimática, capacidad científica y vocación exportadora, Chile tiene un enorme potencial para liderar este nuevo paradigma. Además, cuenta con un marco regulatorio que distingue la edición genética de los transgénicos tradicionales, lo que facilita la innovación responsable.