Tras el paso del reciente temporal en la zona centro-sur de Chile, que dejó más de 10 mil hogares sin suministro eléctrico en la Región Metropolitana, la Corporación Ciudades advirtió que la discusión no debe centrarse únicamente en la poda de árboles o el soterramiento de cables, sino en una gestión urbana integral del arbolado.
“El problema es que solo nos acordamos en invierno y olvidamos que durante el año debemos trabajar en políticas y normativas de prevención. Podar no es la solución definitiva”, señaló Martín Andrade, director ejecutivo de Corporación Ciudades.
¿Por qué los árboles caen con más facilidad?
El arbolado urbano de Santiago presenta una alta vulnerabilidad estructural. Según un estudio de la Universidad de Chile, el 86% de los árboles corresponde a especies exóticas, muchas de ellas no adaptadas al clima semiárido de la ciudad y altamente demandantes en agua. Frente al cambio climático, el déficit hídrico y las bajas temperaturas, estos ejemplares se secan y debilitan, aumentando el riesgo de caídas durante tormentas.
A esto se suman malas prácticas: podas incorrectas, obras de infraestructura que dañan las raíces, y la falta de evaluación del estado de salud de los árboles.
“Cuando se corta mal una rama, se abren heridas por donde entran plagas y hongos. Si además dañamos las raíces al pavimentar o enterrar cables sin criterio, estamos debilitando la estabilidad del árbol”, explicó Andrade.
¿Qué proponen los expertos?
Desde Corporación Ciudades enfatizan en la necesidad de integrar el arbolado a la planificación urbana, considerando criterios como:
- Elección de especies nativas o adaptadas.
- Monitoreo y mantención sistemática.
- Educación a municipios y constructoras sobre infraestructura verde.
- Una legislación moderna que ordene responsabilidades.
En este sentido, lamentan que aún no se tramite la conocida “Ley Arbolito”, ingresada en 2018, que proponía una gestión sostenible y técnica del arbolado urbano, clave para ciudades más resilientes frente a eventos climáticos extremos.
“No se trata de elegir entre árboles y cables, sino de entender que ambos deben coexistir con diseño y planificación. Sin una gestión seria, seguiremos enfrentando los mismos cortes y peligros cada invierno”, concluyó Andrade.