¿Qué pasa cuando cerramos calles al tránsito y las abrimos a las personas? Desde hace casi dos décadas CicloRecreoVía ha demostrado que una ciudad más amable, activa y conectada, es posible.
Lo que comenzó en 2006 con el cierre de calles en La Reina, inspirándose en la exitosa iniciativa de Bogotá, se ha transformado en un fenómeno que cada domingo convoca a más de 35 mil personas en Santiago y Viña del Mar, demostrando que recuperar la ciudad para las personas no solo es deseable, es urgente.
“En enero de 2006 partimos con la primera CicloRecreoVía”, afirma Lina Zuluaga, Cofundadora y CEO de Impacto Social de la Fundación, quien detalla el escepticismo inicial de las autoridades chilenas.
La idea de cerrar calles para la recreación generaba rechazo, con preocupaciones sobre el caos vehicular y la supuesta “pereza” de los chilenos. Sin embargo, la insistencia de los fundadores, como Gonzalo Stierling, y la visión de un alcalde como Luis Montt de La Reina, permitieron el lanzamiento de la primera CicloRecreoVía en importantes arterias como Francisco Bilbao, Príncipe de Gales y Monseñor Edwards.
El éxito fue inmediato. Sin redes sociales en ese entonces, la difusión boca a boca generó una afluencia masiva desde el primer día. “Se llenó de gente, simplemente hicimos un puerta a puerta alrededor del circuito y la gente estaba fascinada”, explica Lina, quien recuerda la sorpresa ante la cantidad de asistentes.
De la negativa inicial a la petición ciudadana
Lo que en un principio fue una ardua tarea de convencimiento, hoy se ha convertido en un evento consolidado, con la participación de 35 mil personas cada domingo entre Santiago y Viña del Mar.
CicloRecreoVía no es una cicletada. Es un acto ciudadano, gratuito, transversal. Un espacio para caminar, trotar, andar en patines, pasear en familia. Un oasis urbano donde niños y adultos descubren cómo se siente una ciudad pensada para ellos, y no para los autos. El proyecto, lejos de ser meramente deportivo, se enfoca en “recuperar la ciudad para las personas”.
Alcaldes de regiones como La Serena y Temuco han manifestado su interés en replicar la iniciativa. El alcalde de Temuco, por ejemplo, destacó la CicloRecreoVía como un “proyecto de integración social increíble” para una ciudad con desafíos de segregación.
En Viña del Mar, tras un plan piloto de tres meses, una encuesta ciudadana reveló que el 92% de los encuestados deseaba la continuidad del evento y el 75% anhelaba su expansión.
El desafío del financiamiento
Paradójicamente, el mayor obstáculo para seguir creciendo no es la falta de interés ciudadano ni político, sino el financiamiento. “Este es un proyecto que se financia con auspicios de empresas privadas, los municipios no ponen plata, los gobiernos tampoco” aclara Lina.
Según explica la CEO de impacto social de la fundación, existe una percepción errónea de que el proyecto es municipal, lo que lo invisibiliza y dificulta la obtención de recursos. “El desafío para nosotros como organización es conseguir empresas, partners, aliados, que quieran vincularse con un proyecto que tiene como pilar el tema de la sustentabilidad, de la calidad de vida”, enfatiza Lina.
CicloRecreoVía se alinea directamente con los objetivos de desarrollo global de ciudades saludables y recuperación de espacios, lo que la convierte en una plataforma ideal para la responsabilidad social empresarial.
El equipo detrás de CicloRecreoVía es profesional y remunerado, con cerca de 100 jóvenes trabajando cada domingo y un equipo administrativo de 15 personas. Los costos operativos son significativos, incluyendo logística, producción, arriendo de bodegas y transporte. “Si nosotros tuviéramos capital de trabajo, perfectamente podríamos hacer el circuito metropolitano”, asegura Zuluaga.
Un impacto que trasciende la recreación
La CicloRecreoVía ha fomentado, indirectamente, el uso de la bicicleta como medio de transporte al permitir a los usuarios experimentar la libertad de moverse por la ciudad sin automóviles. La iniciativa también se ha adaptado a nuevas necesidades, con la creación de las populares CicloRecreoVías nocturnas.
Estos eventos, que cierran las calles los sábados por la noche, han demostrado ser un éxito rotundo según sus organizadores, con la gente llegando incluso en pijama. “La gente es muy feliz en la CicloRecreoVía, y para un país que tiene estos índices de depresión y demás, es un evento que también llega como a cubrir una necesidad importante” subraya Lina.
Un llamado a la colaboración
Actualmente, el principal objetivo de CicloRecreoVía es encontrar el financiamiento necesario para concretar proyectos como la unión de los circuitos de Ñuñoa, Santiago y Providencia, lo que sumaría miles de nuevos usuarios. La Serena también figura entre las ciudades interesadas.
Para ampliar sus fuentes de ingresos, la organización planea lanzar un sistema de donaciones para personas naturales y crear un “club de amigos” de CicloRecreoVía. La invitación es clara, el crecimiento del proyecto depende de la comprensión del sector privado sobre el valor de vincularse con un evento que promueve la vida sana, la actividad física, la recuperación de la ciudad y de forma gratuita para toda la ciudadanía.