Chile lidera acuerdos internacionales por los océanos, pero también encabeza la mortalidad de ballenas por colisiones. La organización ambientalista exige mayor protección en el sur.
Mientras Chile se posiciona a nivel internacional como líder en la protección de los océanos, al ser el primer país de la región en ratificar el Tratado Global de los Océanos, también lidera una estadística alarmante: es el país con mayor número de ballenas muertas por colisiones con embarcaciones.
Según datos de Sernapesca, entre 2009 y 2022 se registraron 158 varamientos de ballenas en el país, el 46% en la Patagonia (regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes). Además, un estudio publicado en la revista Marine Policy reveló que el 28% de los varamientos de ballenas en Chile entre 1972 y 2023 se relaciona directa o probablemente con colisiones.
“Por un lado celebramos que somos los primeros en firmar acuerdos internacionales, y por otro permitimos industrias que operan en rutas migratorias de cetáceos, provocando colisiones. Es un doble estándar ambiental que tiene consecuencias concretas”, afirma Silvana Espinosa, vocera de Greenpeace Chile.
En el último semestre, tres ballenas fueron encontradas muertas en áreas protegidas del sur de Chile, en cercanías de centros salmoneros. Los casos ocurrieron en el Seno Glacier (Reserva Nacional Kawésqar) y en el Parque Nacional Laguna San Rafael, evidenciando el impacto de la actividad industrial incluso en zonas teóricamente resguardadas.
Las principales amenazas
Las principales amenazas identificadas incluyen el tráfico marítimo, que incrementa el riesgo de colisiones, y la contaminación acústica submarina, que afecta la navegación y comunicación de las ballenas.
Proteger a las ballenas es proteger el planeta
Chile concentra el paso del 46% de las especies de ballenas del mundo, lo que convierte al país en un corredor clave para estos cetáceos. Su rol ecológico es fundamental: fertilizan los océanos, capturan carbono y ayudan a mitigar el cambio climático.
“Desde la Patagonia hasta el norte del país, debemos cuidar zonas de alto valor ecológico como el Golfo de Corcovado, Magallanes y el Archipiélago de Humboldt. Proteger a las ballenas es proteger el equilibrio del océano”, concluye la vocera de Greenpeace.