El proyecto resalta la necesidad de un enfoque innovador y basado en evidencia científica para enfrentar los incendios forestales, considerando la limitación de estrategias tradicionales.
Con el objetivo de responder a los impactos generados por los incendios forestales que afectaron a las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía en 2023, un equipo de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC) desarrolla un modelo orientado a mejorar la resiliencia del paisaje frente al fuego.
La iniciativa, titulada “Desafíos para la recuperación post-incendios 2023”, es parte de un concurso impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación y la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). El proyecto es liderado por el Dr. Gustavo Saiz, investigador de la Facultad de Ciencias UCSC, y tiene como director alterno al académico Dr. Sergio Contreras.
El estudio analiza los efectos de los incendios en la calidad del suelo y los recursos hídricos, y busca establecer un marco de modelización a escala de paisaje. Esto permitirá evaluar escenarios de gestión “fire-smart”, con el objetivo de generar propuestas que contribuyan a construir paisajes más resilientes al fuego.
Evaluación del régimen de incendios y análisis ambiental
En su etapa inicial, la iniciativa se ha centrado en la caracterización del régimen de incendios en las regiones estudiadas. Para ello, se está elaborando un inventario de la superficie quemada desde el año 2001, utilizando imágenes satelitales de alta resolución. A esto se suman datos georreferenciados relacionados con variables climáticas, topográficas y de evolución del uso del suelo y la vegetación.
Parte del trabajo incluye la recolección de muestras de suelo y cenizas en parcelas afectadas por incendios. Estos datos alimentan un modelo predictivo denominado WEPPcloud-WATAR, que simula el transporte de sedimentos y permite cuantificar el riesgo de contaminación de recursos hídricos.
Este modelo está siendo aplicado en una cuenca piloto del ecosistema Cayumanque —en las comunas de Ránquil, Quillón y Florida—, como parte de una colaboración en el marco del Proyecto MMA/GEF-PNUD Comunidades Mediterráneas Sostenibles, promovida por la SEREMI del Medio Ambiente de la región de Ñuble.
Prevención y mitigación de impactos post-incendio
La iniciativa también busca aportar herramientas para anticiparse a los efectos ambientales posteriores a un incendio, como la erosión del suelo y la contaminación de cuerpos de agua por arrastre de cenizas. Estos procesos afectan la calidad del agua, aumentan los costos de remediación y deterioran los servicios ecosistémicos.
“Somos conscientes que en el actual contexto de emergencia climática se hace necesario un cambio de paradigma innovador en la lucha integral contra los grandes incendios forestales. Dicha necesidad está respaldada por la amplia evidencia científica que demuestra que las estrategias empleadas tradicionalmente para prevenir los grandes incendios son ampliamente inadecuadas y simplemente no funcionarán en el actual marco climático”, comentó el Dr. Gustavo Saiz.
El proyecto resalta la necesidad de un enfoque innovador y basado en evidencia científica para enfrentar los incendios forestales, considerando el actual contexto de emergencia climática y la limitación de estrategias tradicionales. Evaluar y predecir los riesgos es clave para informar decisiones de gestión tanto en el corto como en el largo plazo.