Mientras el mundo conmemora el Día de la Tierra, en Chile florece una esperanza concreta: la conservación desde lo privado. Fundación Tierra Austral ya ha protegido más de 21.600 hectáreas de ecosistemas únicos, sumándose al esfuerzo global por resguardar el 30% del planeta para 2030.
En un contexto de crisis climática y pérdida acelerada de biodiversidad, alcanzar la meta 30×30 —proteger el 30% de la superficie terrestre y marina del planeta al 2030— es una urgencia compartida. Y si bien el rol del Estado es fundamental, la acción privada está demostrando ser una pieza clave del rompecabezas.
Así lo demuestra Fundación Tierra Austral, que a través del uso del Derecho Real de Conservación (DRC) ha establecido 15 áreas privadas protegidas a perpetuidad, resguardando hábitats amenazados en la zona central y la Patagonia de Chile. Hoy, su trabajo representa más de 21.600 hectáreas conservadas, que se suman a la red nacional de áreas protegidas y consolidan un nuevo camino hacia un desarrollo verdaderamente sostenible.
“La acción privada tiene un potencial crítico en la lucha contra la crisis climática y la pérdida de biodiversidad en Chile, sobre todo si consideramos, por ejemplo, que el 70% del bosque nativo en el país se encuentra en manos de privados. En Fundación Tierra Austral creemos firmemente que el Estado y las áreas públicas deben ser complementadas por la conservación privada, ya que es indispensable para alcanzar metas tan ambiciosas como la 30×30. A través de nuestro trabajo con propietarios de todo el país, estamos logrando avances significativos en la protección de ecosistemas clave”, señala Victoria Alonso, Directora Ejecutiva de Fundación Tierra Austral.
Propietarios comprometidos con la naturaleza
Con más de 10 años de experiencia, Tierra Austral ha formado alianzas de largo plazo con personas que han decidido transformar sus terrenos en legados vivos. En su nuevo video —lanzado especialmente para el Día de la Tierra—, la Fundación recoge testimonios de estos propietarios, quienes comparten las razones que los motivaron a proteger sus tierras para siempre.
Cada hectárea protegida no solo es un logro legal. Detrás hay educación ambiental, monitoreo, asesoría técnica y un profundo compromiso ético con el planeta. Pero también desafíos importantes.
“Hoy hay muchas personas que quieren conservar, pero no cuentan con los medios. Sin apoyo técnico y financiero, es difícil escalar esta solución”, advierte Alonso. “Necesitamos que más actores se sumen: desde la filantropía, las empresas y el Estado”.
Conservación privada: una solución con alto potencial
La experiencia de Tierra Austral confirma que la conservación privada no es sólo viable, sino fundamental. Su modelo de trabajo demuestra que, con voluntad y colaboración, es posible establecer áreas protegidas de forma legal, efectiva y a largo plazo.
Además, su labor ofrece una oportunidad única para que personas comunes, desde sus territorios, se conviertan en agentes de cambio frente a la crisis climática.
“Este Día de la Tierra, queremos celebrar estos logros, pero también invitar a más personas a unirse. La conservación no es sólo tarea de las grandes organizaciones: cada hectárea, cada gesto, cada alianza cuenta”, cierra Alonso.
Puedes conocer más de sus iniciativas y ver el video conmemorativo en www.fundaciontierraaustral.cl o directamente en su canal de YouTube.