Investigadores de Núcleo Milenio MASH participaron en la reciente Expedición Científica Antártica

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Científicos de la ULagos y UACh, sede Puerto Montt, lograron estudiar en terreno los efectos del cambio climático en macroalgas antárticas y de los patógenos asociados a estas especies.

Durante febrero recién pasado se realizó la Expedición Científica Antártica (ECA 59), organizada por el Instituto Chileno Antártico (INACH), en la cual participaron diversos grupos de investigación.

Dentro de ellos estuvieron la investigadora principal del Núcleo Milenio MASH, del Centro i~mar de la Universidad de Los Lagos y del Centro de Biotecnología y Bioingenería (CeBiB), Dra. Pamela Fernández y el investigador adjunto de MASH, Dr. Pedro Murúa, académico de la Universidad Austral de Chile (UACh), sede Puerto Montt.

En el caso del Dr. Murúa, su objetivo de investigación fue describir patógenos de algas e invertebrados antárticos, buscando especialmente parásitos oomicetos (o seudohongos). Para esto, él y su equipo tomaron muestras de huéspedes representativos en el sector de Bahía Fildes, los que fueron diagnosticados visualmente a través de microscopía y mediante el uso de herramientas moleculares.

Luego del mes de trabajo en terreno, el investigador y su equipo trajeron de vuelta al continente muestras de hongos, seudohongos y algas verdes en vías de aislación, las que este año tendrán que purificar para desarrollar nuevos estudios en laboratorio.

“También trajimos un batch de muestras para microscopía electrónica de los parásitos que estamos describiendo, muestras de algas e invertebrados para metabarcoding (caracterización de la biodiversidad existente en una muestra, a base de secuenciar algunos genes de ADN) y algas pardas para detección de virus. Todas esas muestras deberán ser procesadas en nuestros laboratorios durante este año”, explicó el investigador.

Cambio climático en macroalgas antárticas

Por su parte, la académica Pamela Fernández enfocó su investigación en los efectos del cambio climático- especialmente el aumento de la temperatura del Océano y su acidificación- y su potencial impacto sobre macroalgas antárticas.

Fernández explicó que en ambientes extremos como la Antártida: “esperamos que el aumento de temperatura, como así también el de CO2 en el océano, sea más acelerado que en otros territorios”.

De esta forma, su investigación en la Antártida tuvo como objetivos, por una parte: “determinar los mecanismos de captación de carbono que tienen distintas especies de macroalgas y también cómo éstos pueden variar dependiendo de la profundidad en las que habitan estas especies. El segundo paso es llevarlas al laboratorio y, en condiciones controladas, poder determinar cómo el aumento de temperatura y CO2 puede afectar a su tasa de crecimiento, fotosíntesis, y cuáles serían los potenciales impactos de estos cambios sobre el ecosistema asociado”.

Por último, respecto a porqué es relevante entender estos cambios en macroalgas antárticas, la investigadora sostuvo que: “las respuestas frente al cambio climático pueden ser especie específica, por lo cual es importante no generalizar estos impactos, y entender los distintos mecanismos de captación de carbono presentes en cada especie”.

Descubren potencial nueva especie de oomiceto marino antártico

Dentro de los avances de investigación en la Antártida, el Dr. Pedro Murúa y su equipo encontraron el año pasado el primer oomiceto marino antártico descrito, que infecta un alga verde (Urospora penicilliformis). Este oomiceto -luego de varios análisis- sería distinto a los descritos en el Ártico y otras partes del globo, por lo que es candidata a nueva especie (y potencialmente orden).

“Este año trabajamos un poco su epidemiología. Determinamos que se encuentra en toda la distribución de su huésped en Isla Rey Jorge e Isla Nelson, con niveles de prevalencia variable y puede infectar otros géneros de algas verdes. El oomiceto parece ser bastante agresivo, pero la gran capacidad de crecimiento y propagación por esporas del huésped pareciera ser una estrategia que permite recuperar rápidamente las poblaciones de Urospora, evitando su colapso”, explicó el científico.

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