Cuando aún no comienza el verano, Chile vuelve a ser un escenario climáticamente propicio para los incendios forestales. El aumento de las temperaturas, la sequedad de la vegetación, el aumento del viento y la carencia total de lluvias, favorecen la frecuencia e intensidad de los incendios.
Dentro de todo el proceso, se debe seguir trabajando –los que tienen trabajo–, cuidar a los hijos, sostener la vida de pareja y un largo etcétera, todo, eso sí, en un contexto de gran incertidumbre, que es la palabra que más se repite en las conversaciones de los chilenos hoy.
Según cifras del Programa de las Naciones Unidas por el Desarrollo (PNUD), a nivel mundial más de 800 millones de personas aún viven con menos de 1,25 dólares al día. Muchos de ellos no cuentan con acceso a alimentación y agua potable, y se enfrentan a diario a condiciones de pobreza multidimensional[1], que en la mayoría de los casos estanca el desarrollo de las nuevas generaciones.
Cancelar la realización de la COP25 en nuestro país fue una medida esperable, dado el contexto por el que atraviesa el país, con tantas demandas que aún no logran canalizarse.
La primera certificación de comercio justo (Max Havelaar en 1988) se creó básicamente para aumentar las ventas de los pequeños agricultores a través de los canales de comercialización convencionales: los supermercados.
Hoy día nuestro país vive momentos difíciles, y se hace inminente consensuar soluciones concretas a corto plazo, para atender las necesidades más urgentes, de bienestar de las personas, mirando al mismo tiempo al país que queremos para el futuro, donde haya unidad y paz.
No cabe duda, a la luz de los acontecimientos que estamos viviendo, que el sistema económico-político que se implantó en el país hace décadas, debería llegar a su fin, producto de la evidente disconformidad de la ciudadanía, independiente de su color político, debido a sus resultados en diversos ámbitos.
Para lograr en una empresa o pequeña compañía una cultura preventiva, en primer lugar, es necesario que todos sus miembros compartan un conjunto de costumbres y creencias de seguridad y salud.
Si bien nuestro país solo representa el 0,25 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero al 2016, se sitúa dentro de los diez más afectados por riesgos climáticos.