Hace unas semanas se supo que el Embalse el Yeso, una de las principales fuentes de agua potable de la Región Metropolitana contaba solo con un 27% de su capacidad.
La ONU designó el 28 de enero como un día clave para reflexionar y frenar las emisiones de CO2 con el objetivo de tomar decisiones concretas destinadas a la protección de nuestro planeta.
Más recientemente respecto a los productos artesanales y agrícolas, en el movimiento por un comercio justo también empezamos a ver las primeras experiencias de productos del mar certificados.
El 2019 fuimos testigos de cómo el emprendimiento alcanzó un protagonismo nunca antes visto. En junio de este año, se lanzó oficialmente el “Global Entrepreneurship Monitor, GEM. Reporte Nacional de Chile 2018”, estudio que posicionó al país como el con la tasa más alta de emprendimiento de América Latina -con un 25,1%-, ubicándose en el tercer lugar a nivel mundial.
Hace solo unos días el gobierno lanzó la campaña “Chile se está secando”, donde lamentablemente el foco estuvo centrado en la supuesta similitud de este video con uno lanzado en Israel hace unos años y no en el problema central.
Hace unos días, el Ministro de Agricultura, Antonio Walker, advertía que Chile atraviesa la sequía más grande de su historia, incluso más grave que la vivida en 1968, un año tremendamente seco pero que, a diferencia del actual, estuvo precedido por años relativamente normales en materia de precipitaciones.
Hace casi dos meses que en Chile se vive un proceso social que a todos nos ha afectado muchísimo y que sin duda traerá consigo grandes cambios en todo ámbito.
Cada 5 de diciembre conmemoramos el Día Mundial del Suelo para relevar la importancia de un suelo sano y la necesidad de una gestión sostenible de sus recursos.
Lo vivido el último mes nos ha llevado a replantear muchos ámbitos de la vida, en plena crisis tuvimos que aprender a seguir trabajando, contener a los equipos y adaptarnos a la situación que vivíamos.