Juan Esteban Toro de Cervecera Guayacán, reflexiona sobre los 15 años de historia de la cervecería nacida en el Valle del Elqui, su compromiso con la comunidad, su sello como Empresa B y su visión de futuro basada en experiencias con sentido.
Cuando Juan Esteban Toro y sus socios llegaron al Valle del Elqui, no había ninguna cervecería artesanal en la zona. Hoy, Guayacán no solo es una de las marcas más reconocidas del norte de Chile, sino que ha logrado posicionarse como un referente de sostenibilidad, colaboración y arraigo territorial. “La cerveza es solo un medio”, dice Toro, “lo que hacemos realmente es activar comunidades, potenciar el turismo local y demostrar que es posible emprender con impacto desde regiones”.
Guayacán nació con una visión distinta: hacer cerveza de calidad, sí, pero también transformar su entorno. Desde instalar los primeros paneles solares en una cervecería latinoamericana, hasta liderar limpiezas del río o apoyar a emprendedores locales en sus beer gardens, el propósito ha sido claro: crecer junto a la comunidad.
Emprender con impacto desde regiones
El inicio no fue fácil. La burocracia, la falta de redes locales y los desafíos logísticos de estar alejados de los grandes centros urbanos fueron parte del camino. Pero el compromiso con el territorio pesó más. “Nos enamoramos de Diaguitas y quisimos hacer las cosas bien desde el principio. La comunidad nos recibió increíble, y eso nos marcó”, recuerda Toro.
Con los años, Guayacán se convirtió en la primera cervecería solar de la región y en una de las primeras en certificarse como Empresa B. “La certificación nos ayudó a reafirmar nuestro propósito y a tener una guía clara. No basta con tener buenas intenciones, hay que medir y mejorar”.
Cerveza como catalizador de experiencias
Hoy, Guayacán cuenta con más de 13 variedades, entre ellas la Golden Ale, IPA, Stout y opciones experimentales con ingredientes como chañar o algarrobo. Sin embargo, su foco va más allá del producto. “El futuro está en los rincones Guayacán, en los beer gardens con identidad local, donde puedas vivir una experiencia auténtica conectada al Valle del Elqui, incluso si estás en Santiago o Rancagua”.
Para Toro, la experiencia del consumidor es clave en una industria cada vez más competitiva. “Ya no basta con estar en un supermercado. Hay que conectar, contar historias, generar comunidad”.
Capital humano en el centro
Uno de los aspectos menos visibles, pero más importantes, según Toro, es el cuidado del equipo. “Para nosotros, el trabajador es más importante que el cliente. En el Valle hay poca oferta laboral estable, y nosotros nos propusimos cambiar eso”. La empresa ofrece empleos de calidad, con buen ambiente, y ha logrado una rotación muy baja gracias a la identificación de sus colaboradores con la marca.
Además, ser Empresa B ha sido una ventaja en la atracción de talento. “Mucha gente llega a nosotros porque quiere trabajar en una empresa con propósito”.
Capital colectivo y crowdfunding pionero
Otro hito clave en la historia de Guayacán fue convertirse en el primer caso exitoso de crowdfunding en Latinoamérica, junto a la plataforma Brota. “No solo conseguimos recursos, sino que ganamos cientos de pequeños socios que se convirtieron en embajadores de la marca”, afirma Toro.
Una marca con raíz
Aunque hoy distribuyen a todo Chile y producen algunas variedades en alianza con Kunstmann en Valdivia, el corazón de Guayacán sigue en el Valle del Elqui. “El arraigo territorial es parte de nuestro ADN. Todo lo que hacemos lo pensamos desde y para allá. Incluso este local en Santiago está diseñado para que te sientas como si estuvieras en el valle”.
Con 15 años de historia, Guayacán sigue demostrando que es posible emprender desde regiones, con calidad, propósito y una visión sostenible. Y como dice Juan Esteban Toro, con los pies bien puestos en la tierra (y en el Elqui): “La cerveza es solo un medio. Lo importante es lo que construimos alrededor de ella”.