La búsqueda de la ilustradora naturalista Antonia Reyes por promover el valor y la protección de la biodiversidad

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Desde Puerto Varas, Antonia Reyes une la ciencia y el arte para promover el valor y la protección de la biodiversidad. Una naturalista de nuevo cuño que ocupa la tecnología para su trabajo. Hoy está en un proceso de transformación, que espera la lleve a retratar y difundir la riqueza natural de otros rincones del planeta.

De pequeña, y pese a ser una chica citadina, Antonia Reyes descubrió una particular fascinación por la naturaleza. Su abuelo, que colaboró en su crianza, le mostró el mundo a través de historias protagonizadas por animales que interactuaban en ecosistemas diversos, inspirados en gran medida por sus viajes por los cinco continentes.

Nunca buscó ser ilustradora naturalista, pero su camino hacia este oficio fue consecuencia de la temprana intuición por querer construir relatos vinculados a su imaginario de infancia, dónde participaban la biología, la ecología y la conservación de las especies y sus entornos.

Las mariposas, las aves y la naturaleza en general han sido un leitmotiv en su trabajo, de ahí que Antonia, a punta de experiencias y recorridos, ha ido retratando diferentes especies animales. Al inicio, trabajó para una reconocida marca de jugos nacionales, cuyas ilustraciones hiperrealistas fueron revisadas y editadas por agrónomos, lo que reconoce como una tremenda escuela. Luego, comenzó a dibujar ballenas, se especializó en ellas, pero solo al cabo de un tiempo tuvo la oportunidad de ver a este mamífero oceánico en su hábitat natural, fortaleciendo así su interés por el conservacionismo. Por ello hoy, desarrolla un trabajo cuyo objetivo final es generar consciencia o, como ella expresa, dar a conocer para valorar y valorar para proteger. 

Para lograrlo, a diferencia de los naturalistas que llegaron a la temprana República de Chile, en pleno siglo XIX y que registraron el entorno a mano, Antonia se vale de los actuales recursos tecnológicos para complementar la tradicional técnica de la acuarela y el grafito con la que realiza detallados registros visuales de la biodiversidad nacional.

“Me interesa la tecnología porque es importante para el proceso previo y posterior al dibujo”, asegura esta licenciada en artes visuales de la Universidad Católica, que se vale de la fotografía, programas de edición de imágenes y equipos de digitalización con los que ha difundido su trabajo más allá de las fronteras nacionales.

“Seguramente la gente lo que ve es la imagen final, pero hay un proceso anterior y posterior donde la tecnología participa, dependiendo del proyecto. El photoshop me ayuda a identificar paletas de colores, la fotografía me permite ampliar pantalla y ver detalles que el ojo no ve. Luego viene toda la parte de difusión, que se inicia con la digitalización de la acuarela y para esto yo utilizo un escáner profesional de Epson, de alta resolución, que mantiene la fidelidad de detalles y colores, algo imprescindible para lograr reproducciones de calidad con la que pueda llegar a muchas otras personas”, asegura.

Hoy, asentada en Puerto Varas, la ilustradora está abocada a diseñar cursos para hacer ilustración naturalista en terreno, lo que “implica desarrollar un estilo gráfico diferente porque estás sometida al contexto, debes utilizar elementos portátiles y adaptarte a otras condiciones, por lo tanto el resultado es totalmente diferente”, explica.

En paralelo, está sumergida en un proceso de madurar la manera en que se plantea como ilustradora, a través del cual busca salir del paisaje nacional y explorar nuevos ecosistemas a lo largo del mundo. Para este objetivo, un detonante sustancial han sido los cursos que realiza en la plataforma internacional Domestika, en los que principalmente adultos pueden encaminar su interés por las artes, las manualidades y el naturalismo, encontrando además un espacio contemplativo que despierte nuevas sensibilidades. 

“Mis talleres involucran cada vez más un porcentaje de educación ambiental. La conservación es un tema super amplio y qué ganas tendría de ser la ingeniera que desarrolle un nuevo plástico, pero soy una simple ilustradora y decidí escoger mis batallas y enfocarme con la empatía y el desarrollo de la conciencia, para ojalá tener entre mis alumnos a esa ingeniero al que pueda inspirar para cambiar el mundo”.

Antonia Reyes: www.antoniareyes.com

IG: @AntoniaPajarito 

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