El reconocimiento a la marca no es nuevo; esto, considerando que BMW ha figurado en el ranking, desde 1999. Sus esfuerzos corporativos van en línea con una potente política de sostenibilidad, que busca seguir consolidándose en el futuro.
BMW i: movilidad amigable con el medio ambiente
Dentro del portafolio de sus productos, la compañía cuenta con motores eléctricos e híbridos enchufables, como lo son –por ejemplo- el BMW i3 y el BMW i8, respectivamente. El 58% de la energía que la marca BMW consume en su planta de ensamblaje en Alemania es renovable, y la producción de ambos modelos en Leipzig sólo consume energía generada por turbinas eólicas.
Los materiales de los modelos de BMW i son absolutamente coherentes con la filosofía sustentable de la compañía. Todo el ciclo de vida de estos vehículos considera la cadena de valor como un todo, incluyendo las fuentes, la producción, el uso y el subsiguiente reciclaje.
En el caso del BMW i8, está compuesto por fibra de carbono, un material ultra ligero que aporta las características perfectas para este increíble modelo, este material permite ofrecer un diseño innovador, un placer de conducir único y un consumo excepcionalmente bajo.
En tanto, el BMW i3 se destaca por estar compuesto en un 95% de materiales reutilizables. Su interior se caracteriza por el uso responsable de materias primas naturales, como la fibra de KENAF usada en la tapicería de las puertas. Además de utilizar componentes naturales, el 25% de los materiales empleados en el habitáculo están formados por productos de reciclaje o renovables; y los tejidos de los asientos se componen en un gran porcentaje de fibras recicladas. Asimismo, la tapicería de los asientos está fabricada en poliéster reciclado, compuesto en un 34% por PET.
Sostenibilidad sobre ruedas