En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, la startup climática Kilimo hace un llamado a poner el agua en el centro de cualquier estrategia de sostenibilidad. Con presencia en cinco países y más de 8 millones de m³ de agua gestionados, la empresa impulsa soluciones que combinan tecnología, agricultura regenerativa y acción territorial, especialmente en cuencas hídricamente vulnerables.
“El agua es el puente que une a quienes producen, a quienes invierten y a las comunidades. Regenerar el suelo es impulsar nuestra resiliencia”, afirma Andrea Ramos, VP de Adaptación Climática de Kilimo. Su mensaje busca visibilizar que la seguridad hídrica no se construye desde afuera, sino desde el suelo, en cada decisión productiva y política pública.
Agricultura regenerativa: un nuevo pacto con el suelo
Kilimo promueve prácticas de agricultura regenerativa como una de sus principales líneas de acción, entendiendo que un suelo sano funciona como una esponja natural, que infiltra, retiene y protege el agua. Esta práctica —que restaura funciones ecosistémicas, estabiliza cultivos y mejora la productividad— ya se aplica en territorios de Chile, Argentina, Brasil, México y EE.UU.
“No podemos hablar de gestión del agua sin mirar de frente al sector que más depende de ella: la agricultura. Si queremos avanzar hacia la seguridad hídrica, el compromiso del agro y de las empresas no es opcional: es urgente”, agrega Ramos.
Cuenca del Maipo: tecnología y regeneración para un ecosistema bajo presión
En Chile, Kilimo está desplegando su modelo en la cuenca del río Maipo, una de las más críticas del país, responsable del 70% del agua potable y del 90% del riego en la Región Metropolitana. Allí, trabajan con agricultores y empresas para:
- Mejorar la eficiencia hídrica.
- Promover prácticas regenerativas adaptadas al territorio.
- Utilizar datos en tiempo real para tomar decisiones informadas.
La propuesta de Kilimo parte de diagnósticos localizados y ofrece tres líneas de intervención: Gestión del riego con inteligencia artificial, Conversión a riego tecnificado. y Agricultura regenerativa para restaurar el equilibrio del suelo.
Empresas que suman escala desde el territorio
Uno de los elementos diferenciadores del modelo Kilimo es la integración de empresas como actores activos en cada cuenca. No se trata solo de financiamiento, sino de colaboración directa con agricultores, trazabilidad de impactos y alineación con métricas ESG.
“La seguridad hídrica se construye en el territorio, con decisiones compartidas”, señala Ramos. En este sentido, cada metro cúbico optimizado se convierte en una oportunidad para reducir riesgos, regenerar ecosistemas y generar valor compartido.
Un llamado desde el suelo
En el Día del Medio Ambiente, Kilimo recuerda que las soluciones no están solo en grandes acuerdos globales, sino también en cómo tratamos el suelo que pisamos cada día.
“Regenerar el suelo es sembrar futuro: para el agua, para quienes cultivan y para quienes habitan cada territorio”, concluyen desde Kilimo.