Se trata de una iniciativa que apunta a generar espacios verdes y amigables dentro de la comuna, en un contexto de escasez hídrica y dentro del cual, la comunidad tiene un rol protagonista.
Detrás de la implementación, está Rosa Chandía, académica de la Universidad Tecnológica Metropolitana, quien asumió el desafío de trabajar en Renca, tras un llamado directo de la Municipalidad. “Nos pidieron apoyar, como unidad técnica, el proyecto ONU-Ciudad Sostenible, para construir al menos dos áreas verdes de pequeña escala, que permitan ayudar a enfrentar el déficit de estos espacios en el Barrio Eje Balmaceda de la comuna”, indica la docente.
Lo particular, es que en este caso, la comunidad tendrá un rol fundamental, ya que se contempla que los vecinos y vecinas sean parte de la toma de decisiones durante todo el proceso. “Aceptamos el desafío porque vimos la oportunidad de probar el potencial de adaptabilidad del modelo desarrollado, tanto desde el punto de vista metodológico de la participación ciudadana, como desde el diseño de espacio público y la integración de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible de bajo costo y rápida ejecución, así como también la exploración en la integración de vegetación adaptada a ambientes secos para poder fortalecer la red de Infraestructura Verde Urbana en la Región Metropolitana”, puntualizó Rosa.
Un proyecto, que podría significar un salto para Renca en materia de desarrollo sostenible, pero que también representa una gran oportunidad para la UTEM. “Para nosotros significará poder ampliar el ámbito de exploración en la investigación aplicada, tendiente a la búsqueda de soluciones integradas asociadas a ciudades sensibles al agua; el fortalecimiento interno del trabajo colaborativo interdisciplinario, y la ampliación de las redes de colaboración externa. Además, la apertura del proyecto a la integración de estudiantes de pregrado durante todo el proceso, representa una oportunidad para explorar, desde el punto de vista de la innovación en docencia, el conocimiento socioambiental aplicado en una realidad concreta a desarrollar en el ámbito de la formación medioambiental del arquitecto, y también en el área de Trabajo Social”, señala Chandía.
Y eso no es todo, porque la participación ciudadana estará presente en distintas instancias a lo largo de todo el proyecto, resumiéndose en una convocatoria a participar, la formación de capacidades a través de un taller de capacitación, el levantamiento de necesidades para la formulación de propuestas de intervención por parte del equipo de arquitectura, el estudio hidráulico y de suelos del lugar a intervenir, la validación y ejecución de las propuestas, y finalmente la jornada de plantación colaborativa que cierra el proyecto con la comunidad participante y evalúa las opciones de replicabilidad del modelo.
El proyecto, es una iniciativa de la Municipalidad de Renca en colaboración con Corporación La Fábrica, que cuenta con el financiamiento de ONU, para los cuales la Universidad Tecnológica Metropolitana, a través del grupo de investigación aplicada Aguas de Barrio de la Escuela de Arquitectura, colabora desde la formulación de una propuesta técnica hasta la ejecución de las intervenciones en el espacio público, donde el proceso completo integra a la comunidad beneficiaria.
De acuerdo a la académica Rosa Chandía, “se busca explorar un modelo de intervención en espacios públicos que representan oportunidades para el desarrollo de áreas verdes adaptadas a la escasez de agua, que enfrenta la zona central de Chile. En el caso de Renca, la falta de áreas verdes y la limitada disponibilidad de recursos públicos para poder mantener los altos costos de áreas verdes convencionales, expone a su población a un estado de vulnerabilidad respecto de diversos aspectos asociados a la calidad de vida urbana. Se busca entonces, incrementar la superficie de áreas verdes, pero desde un enfoque integral, participativo y colaborativo, que reconozca los Objetivos de Desarrollo Sostenible desde sus ideas iniciales para el diseño y ejecución de intervenciones”.
¿Y cómo se lleva a cabo?
La académica nos explica que “Inicialmente hemos formulado una propuesta adaptada a los requerimientos específicos que nos han planteado, proponiendo un trabajo que debe ser resuelto en un corto periodo de tiempo y con unos recursos ajustados. Esta propuesta incorpora dos objetivos, el primero asociado al diseño de un modelo metodológico de enfoque barrial para la toma de decisiones de manera participativa.
El segundo, es el diseño y ejecución de un modelo de área verde adaptada a la escasez hídrica, que además reconozca al agua lluvia como un recurso valioso a recuperar hacia el suelo del lugar donde cae”.
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