Tiempo personal, salud mental y propósito: estos son los nuevos pilares que están redefiniendo el mundo del trabajo. En pleno siglo XXI, las empresas enfrentan un nuevo desafío: adaptarse a las prioridades de las generaciones más jóvenes, quienes ya no conciben el empleo como un fin en sí mismo, sino como un espacio donde crecer, equilibrar la vida y construir un propósito.
Una nueva era de expectativas laborales
En el ecosistema laboral actual conviven hasta cuatro generaciones: Baby Boomers, Generación X, Millennials y Centennials. Cada una con valores, estilos y necesidades distintas. Sin embargo, es entre las dos más jóvenes —Millennials (1981–1996) y Gen Z (1997–2012)— donde el cambio se ha vuelto más notorio y exigente para las organizaciones.
Según Álvaro Villar, COO de WeWork Chile, la clave está en escuchar: “Para el éxito de un negocio es clave que los directivos entiendan estas diferencias generacionales, qué elementos priorizan y cómo implementar estos ejes en el trabajo diario. Las empresas que escuchan y se adaptan no solo atraen más talento, sino que fomentan culturas más sólidas, resilientes y humanas”.
¿Qué buscan realmente Millennials y Centennials?
La respuesta es clara: flexibilidad, propósito y bienestar.
Ambas generaciones valoran entornos laborales que les permitan compatibilizar sus vidas personales con la vida profesional. No se trata solo de sueldos competitivos, sino de modelos híbridos, jornadas flexibles, beneficios asociados a la salud mental y ambientes donde se promueva la colaboración, la creatividad y la autenticidad.
Una encuesta global de Deloitte (2024) reveló que el 75% de los jóvenes profesionales considera que tener un sentido de propósito en su trabajo es esencial para su bienestar.
¿Y las generaciones anteriores?
Para los Baby Boomers y la Generación X, los valores laborales siguen ligados a la estabilidad, el largo plazo y los beneficios tradicionales como pensiones, ascensos y buen ambiente. Si bien también valoran el tiempo libre, suelen mantener una ética laboral más competitiva y centrada en el deber.
¿Cómo responder a este nuevo equilibrio?
Los cambios generacionales están redefiniendo la idea de éxito profesional. El mensaje es claro: las empresas que no logren alinear sus culturas internas con estas nuevas prioridades corren el riesgo de quedarse atrás, no solo en atracción de talento, sino también en productividad, innovación y compromiso.
