Francisco Sáez, director del Centro de Emprendimiento Casa del Cerro: “Queremos que este sea el lugar al que acudas cuando necesitas conectar con otros emprendedores y hacer crecer tu red de contactos”

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Felipe León Papic
Felipe León Papichttps://www.diariosustentable.com
Felipe León es fundador de Diario Sustentable. Periodista, Universidad Adolfo Ibáñez, Master en Responsabilidad Social Empresarial, Universidad Alcalá de Henares, España, Beca Fundación Carolina.
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En Casa del Cerro nuestra meta es ofrecer un espacio continuo donde los emprendedores puedan conectarse, colaborar y hacer crecer sus negocios de manera sostenible y efectiva”, agregó Sáez.

¿Cómo son tus inicios en el emprendimiento?

Esto parte de familia, papá emprendedor, mamá emprendedora. El emprendimiento siempre estuvo presente en nuestra familia, pero no necesariamente con resultados exitosos en los negocios. Cuando éramos niños, vivimos la dificultad que implicaba emprender. En 2009 yo estaba en la universidad, en segundo año de ingeniería civil, y estuve trabajando como promotor de una discoteca. Fue entonces cuando comencé a generar una base de clientes de forma más amplia. Mi trabajo consistía básicamente en hacer spam a todo el mundo para que asistieran a la fiesta, y por cada persona que ingresaba a la lista y asistía al evento, me pagaban $500. En ese momento, comencé a notar un patrón que se repetía en muchas personas. Les decía: “olvida mandarme los nombres, porque ya te tengo en la lista, así que no me envíes correos ni nada, simplemente ven a la fiesta”.

Siempre estarás en la lista. Después, sucedía que cuando la gente venía a la discoteca donde trabajaba y la fiesta no estaba buena por cualquier motivo, se daban cuenta de que no se habían inscrito en otra lista y terminaban yéndose a casa. Fue entonces cuando pensé: “¡Ah, parece que aquí hay algo interesante!”. Se me ocurrió crear un grupo en Facebook llamado “Lista Santiago”, y la idea de ese grupo era que las personas se unieran, proporcionaran su información una vez, y yo me encargaría de enviar su nombre a múltiples discotecas de Santiago. Así, ya no tenían que enviar la lista nuevamente, porque siempre estarían en la lista.

Este negocio comenzó a crecer hasta superar los 10.000 socios en ese grupo. Fue entonces cuando decidimos profesionalizarlo y crear una tarjeta llamada “Lista Santiago”, que podías adquirir en la universidad y te proporcionaba descuentos para entrar a las discotecas. Además, la tarjeta ofrecía descuentos en restaurantes, entretenimiento y otras actividades.

Comencé ese negocio junto con mi hermano y otros socios de la universidad a fines del 2009. Después de aproximadamente un año y medio o dos años de operación, tomamos la decisión de cerrar el negocio debido a que mi situación académica se estaba complicando y estaba en riesgo de ser eliminado de la universidad. Las cosas no estaban funcionando bien, así que decidimos cerrar Lista Santiago. Les informamos a todos los usuarios y les dijimos que las tarjetas serían válidas hasta fin de año.

“Debíamos convertirlo en una aplicación”

“Justo en ese momento, pensé que esto debería ser una aplicación. Estábamos viendo el auge de las aplicaciones, y me di cuenta de que debíamos convertirlo en una aplicación. Por diversas razones, terminó siendo un modelo de negocios basado en una aplicación para buscar fiestas, ver dónde estaban tus amigos y funcionar como una red social nocturna. Este enfoque fue un éxito, y la aplicación ganó varios concursos de pitch y modelos de negocio. Durante estos eventos, conocí a mucha gente del mundo del emprendimiento. En uno de estos eventos, conocí a mis otros dos socios, los hermanos Yarad”, agregó Sáez.

Cuatro jóvenes entusiastas viajan al corazón de Silicon Valley

“Comenzamos a trabajar juntos en 2011, mi hermano, Vicente, Francisco y yo; éramos dos pares de hermanos. En ese momento, empezamos a desarrollar una aplicación que finalmente se llamó Nixter. Lanzamos Nixter en San Francisco. Ganamos varios concursos, incluido uno que nos proporcionó un proceso de aceleración en Mountain View, en pleno Silicon Valley. Así que, como cuatro jóvenes entusiastas, nos fuimos para allá. Yo tenía 21 años, mi hermano 19, Vicente 20 y Francisco se había retirado del colegio. Todos abandonamos la universidad, y Francisco dejó segundo medio del colegio. Nos aventuramos a Estados Unidos y nos adentramos en el mundo del emprendimiento con Nixter”, señaló Sáez.

“Ese negocio nos llevó a pasar dos años en Estados Unidos, creciendo con más personas en el equipo. Tuvimos la suerte de poder escalar el negocio: el primer año fue muy difícil, pero logramos reinventarnos y relanzar el mismo producto, mejorado. A partir de ahí, comenzó a crecer sin parar. Una empresa estadounidense nos compró, y gracias a esa adquisición, crecimos en cinco ciudades”, agregó.

Empezó a crecer, crecer y crecer.

“Operábamos en Chile y en Estados Unidos, específicamente en cinco ciudades. Sin embargo, un año y algo después, la empresa que nos compró nos comunicó que estaban reestructurando y cerrarían todos nuestros productos, por lo que ese sería nuestro último día de trabajo. Nos encontramos nuevamente enfrentando la incertidumbre de estar en la calle”.

“Entre nosotros, hemos emprendido unos tres o cuatro proyectos, además de nuestras propias iniciativas individuales. Durante todo este tiempo, hemos estado ayudando a distintos emprendimientos y emprendedores en diferentes etapas”.

“El levantamiento de capital, ayuda estratégica, asesoría de producto y trabajo con advisors son aspectos en los que siempre hemos enfocado nuestros esfuerzos. A lo largo de nuestra experiencia en el mundo del emprendimiento, aprendimos mucho sobre las necesidades de los emprendedores y cómo podíamos contribuir. Fue así como surgió la idea del Centro de Emprendimiento Casa del Cerro“, enfatizó Sáez.

¿Cuáles son las principales problemáticas que enfrentan los emprendedores en Chile?

Las principales problemáticas que hemos identificado son dos. En primer lugar, las redes de contacto en Chile son limitadas debido al tamaño reducido del país y la mentalidad cerrada de ciertos grupos. Muchas veces, resulta difícil ingresar en círculos establecidos, ya sea por pertenecer a diferentes colegios, universidades o tener un apellido específico.

Sin embargo, los negocios se basan en relaciones, y nosotros hemos logrado forjar conexiones que han facilitado oportunidades para otros emprendedores. Algunas personas nos contactan buscando esa conexión y, a menudo, podemos vincularlos con otros actores relevantes, lo que da lugar a negocios y oportunidades.

En segundo lugar, el desafío de todo emprendedor, no solo chileno, sino en general, es enfrentar constantemente situaciones complicadas y desafiantes. Nosotros también hemos pasado por momentos difíciles, y estos desafíos aún se presentan en nuestro camino.

A pesar de los retos, estamos comprometidos a seguir ayudando y apoyando a emprendedores en todas las etapas de su desarrollo. Cada obstáculo superado nos ha permitido crecer y fortalecernos en el mundo del emprendimiento. Nuestra pasión y experiencia nos impulsan a seguir trabajando para crear un impacto positivo en la comunidad emprendedora.

Es que está un poco sesgado. ¿Por qué se considera el éxito? ¿Qué es lo que realmente buscan? Muchas personas emprenden un negocio con la idea de levantar capital y vivir una experiencia, pero sin tener un propósito claro. Es importante preguntarnos: ¿Por qué estamos creando este negocio? ¿De dónde surgió la idea? Muchos emprendedores carecen de esa conexión profunda con su proyecto, lo que termina separando a los equipos y desmotivando a la gente, porque están haciendo las cosas sin un propósito claro.

En ocasiones, la prensa enfatiza demasiado en el éxito asociado a levantar capital y conseguir resultados rápidos. Pero el verdadero éxito no se limita a eso. Como emprendedor, yo también pasé por esto durante muchos años. Observaba las noticias y me preguntaba: “¿Cómo lo lograron? ¿Cómo llegaron ahí? No estamos en ese nivel”. Sin embargo, eso no define el éxito. Existe una visión errónea sobre lo que implica tener un negocio y cuál es el verdadero objetivo. Se trata de cumplir un propósito, de ayudar de alguna manera al mundo y, obviamente, ver cómo nos beneficia a nosotros también. Pero muchos están sesgados hacia la búsqueda de un éxito rápido, de aparecer en la prensa o de levantar capital, sin realmente tener en cuenta el impacto positivo que pueden generar.

Es fundamental tener una perspectiva más completa y equilibrada sobre el emprendimiento. El éxito va más allá de los logros externos y los resultados financieros. Se trata de construir un negocio con propósito, con valores sólidos y que aporte valor a la sociedad en su conjunto.

Donde veo un problema más grande es en el entendimiento del modelo de negocio y el unit economics al considerar un levantamiento de capital o iniciar un negocio. ¿Cuáles son tus costos? ¿Cuál es tu estrategia de adquisición de clientes? La mayoría de las personas que buscan levantar capital simplemente dicen: “Quiero conseguir esta cantidad de dinero y lo usaré de esta manera”, pero realmente no tienen una comprensión clara de cómo usarán esos fondos ni por qué los necesitan. A menudo, escucho a emprendedores decir que quieren levantar 500 millones de dólares, pesos u otra moneda, pero no saben con certeza cómo utilizarán esos fondos. Su motivación radica en lograr ese hito, en obtener un cheque de financiamiento, pero carecen de una base sólida en cuanto a la parte financiera o los modelos de negocio. Ese es el principal desafío que observo.

¿Cuál es tu propósito?

A mí me costó mucho encontrar mi propósito. Imagínate, creo que estuve al menos diez años perdido tratando de descubrirlo. Pasé por muchos emprendimientos, asumiendo roles de liderazgo, desde mis años en el colegio hasta la universidad. En la búsqueda de mi propósito como líder, encontré que era una tarea difícil. Sin embargo, tuve la suerte de tomar un curso de educación ejecutiva en Harvard en 2021 llamado “Authentic Leader Development”, que tenía como objetivo ayudarnos a encontrar nuestro propósito como líderes, ya sea en el ámbito deportivo, como un banquero, emprendedor, o cualquier otro campo.

Luego de ese curso, reflexioné sobre lo que he logrado en el tiempo y me di cuenta de que mi propósito es inspirar a las personas a creer en sí mismas. Como líder, puedo tener un papel muy amplio, pero me pregunté a mí mismo: ¿Qué quiero realmente? ¿Cuál es mi profesión? ¿Cuál es mi propósito? Y llegué a la conclusión de que, para mí, inspirar a la gente y hacer que crean en sí mismos es lo que me motiva. Aunque me considero un emprendedor, esa etiqueta no define mi propósito por sí sola.

Siempre me decían que era un buen líder, pero era importante ir más allá de eso. Entender mi propósito me ha dado una nueva dirección y enfoque en mi vida y mi carrera.

Yo logro que la gente crea, ya sea a través de colaborar en un trabajo conjunto o al motivar a alguien que me busca ayuda en cualquier área. Me apasiona generar esa chispa en las personas. Y esa pasión es lo que quiero reflejar y seguir a través del proyecto nuevo que estamos desarrollando, llamado Casa del Cerro.

Este proyecto lo teníamos en mente desde hace tiempo. Al principio, era bastante ambicioso, ya que queríamos tener un campus en un bosque, con 20 habitaciones y ofrecer un programa inmersivo de tres meses, con profesores destacados de universidades como Harvard o Stanford. Sería una experiencia de primer nivel, pero también un proyecto de gran envergadura y costo.

Siempre he tenido la actitud de emprender en casas, así que en la mayoría de los emprendimientos en los que he participado, comenzamos sin mucho capital, pero con el enfoque de brindar lo que pudiéramos: ofrecía un lugar donde quedarse en Estados Unidos, con techo, comida y todo lo necesario para aterrizar y emprender juntos. Creía en compartir el éxito, y esas relaciones que se forjaban en el proceso se convertían en verdadera familia.

¿Qué es el Centro de Emprendimiento Casa del Cerro?

Casa del Cerro, donde nos encontramos actualmente, está ubicada en el Cerro San Luis, con una hermosa vista al Golf. Inicialmente, nació como un programa de emprendimiento. Decidimos tener esta casa y desarrollar un programa para asesorar a 20 emprendedores durante un periodo de cuatro meses. Comenzamos en mayo con una oferta que incluía 12 clases, espacios de trabajo, un auditorio y actividades de bienestar.

La respuesta fue positiva, pero pronto nos dimos cuenta de que, con solo 20 personas, esta amplia casa no lucía llena y la gente no venía de manera constante. Queríamos que Casa del Cerro se convirtiera en un lugar que siempre estuviera lleno de actividad.

Para lograrlo, comenzamos a crear distintas iniciativas. Iniciamos con el “Desayuno Emprendedor”, realizado todos los lunes, y luego extendimos la actividad para todos los miércoles. Con cada encuentro, el número de asistentes crecía, generando más conexiones y oportunidades de negocio. La sinergia y la experiencia que buscábamos comenzaron a manifestarse, pero el problema era que la gente venía, hacía contactos y luego se iba.

Entonces, ¿sabes qué hicimos? Eliminamos el programa inicial y decidimos abrirnos a todos, ofreciendo una amplia variedad de clases y oportunidades. Creamos hasta 30 clases independientes. Algunas son gratuitas, mientras que otras solo cuestan 25 mil pesos. También introdujimos un “daypass” por 20 mil pesos, permitiendo a las personas venir a trabajar y colaborar aquí. Además, lanzamos una membresía que incluye un paquete de clases y otros beneficios para fomentar la participación. Sin embargo, a pesar de estos cambios, aún no logramos el impacto que buscamos. Observamos que aunque la gente valora mucho el espacio, no lo utiliza tanto como esperábamos.

Nos dimos cuenta de que esta casa tiene un potencial que no estamos aprovechando. Así que relanzamos el modelo con la visión de convertirnos en la “universidad del emprendimiento” o el “gimnasio del emprendedor”. Creamos diferentes clubes en diversos niveles para involucrar a la comunidad de emprendedores. También lanzamos una comunidad online con una amplia gama de recursos para que personas de todas las regiones puedan unirse a contenido, clases y diversas actividades, así como interactuar con coaches, profesores y otros miembros de la comunidad.

De nuevo, las personas que no pueden acceder físicamente a nuestras sedes podrán conectarse con todos los coaches y profesores de nuestra red a través de una plataforma online. Creamos una suscripción llamada “The Dreamer” para aquellos que asisten a nuestros desayunos y toman clases básicas. Por tan solo 25 mil pesos al mes, obtienen acceso a dos desayunos y dos clases mensuales, permitiéndoles sumergirse en el mundo del emprendimiento desde un nivel más básico.

Luego, tenemos otra suscripción que incluye más desayunos y clases, además de apoyo en sesiones de pitch. Los suscriptores pueden practicar su presentación ante profesionales y expertos que ya han visto de todo. También tienen acceso a Happy Hours, una base de conocimiento y una comunidad que brinda apoyo constante.

Finalmente, está nuestra última membresía, llamada “The Founder’s Club”, que presenta un modelo diferente. Hemos convertido los puestos de trabajo en un espacio más colaborativo y centrado en los negocios, un lugar donde las personas pueden trabajar, moverse y establecer conexiones. En este exclusivo grupo, los miembros disfrutan de brunch todos los viernes, actividades de bienestar y sesiones de coaching 1 a 1 con nuestros equipos y otros expertos en diferentes industrias.

Entonces, por ejemplo, nuestra idea es reunir a distintos emprendedores de la industria alimentaria y traer tanto a chefs como a dueños de restaurantes para que se sienten juntos, colaboren y establezcan redes de negocios. También brindaremos apoyo de coaching y otras herramientas para ayudarlos a alcanzar sus objetivos, hacer crecer sus emprendimientos y llevarlos al siguiente nivel.

En nuestra experiencia, hemos notado una curva de crecimiento en los emprendimientos. Algunos están en la etapa inicial, donde están descubriendo su idea y quieren aprender y conocer más. Luego, está el grupo de emprendedores que ya ha empezado y está creciendo, pero aún no ha encontrado un ajuste perfecto en el mercado. Están buscando financiamiento y capital, pero todavía no han validado completamente su modelo.

Finalmente, tenemos el tercer grupo, que ya ha encontrado un ajuste en el mercado (market fit), pero a menudo enfrentan desafíos a medida que crecen. Pueden estar indecisos sobre si levantar más capital, vender la empresa o adquirir otras. Es en esta etapa donde brindamos un apoyo más personalizado, según el punto en el que se encuentre cada emprendimiento.

“La confianza juega un papel fundamental en el desarrollo empresarial”

“Un aspecto cultural importante en Chile, y también una de las problemáticas del emprendedor chileno, es el tema de la confianza. Yo he vivido y trabajado en Estados Unidos, y puedo ver que la confianza juega un papel fundamental en el desarrollo empresarial y emprendedor en general”, señaló Sáez.

“Allá, en Estados Unidos, la cultura en las relaciones y los negocios es muy diferente. Allí, se confía en el otro hasta que se demuestre lo contrario. Aquí, en cambio, es al revés: no confiamos hasta que se demuestre lo contrario. Ese choque cultural puede ser un obstáculo importante para hacer negocios. Partimos con esa desconfianza y queremos juntar a las pocas personas que están dispuestas a confiar y conocernos para comenzar a cambiar ese círculo y mejorarlo. Nuestra visión es agrupar a los emprendedores, que actualmente están dispersos, y luego ayudarlos a generar un cambio cultural para irradiar colaboración y mejora en el ecosistema emprendedor”, agregó.

Se generan oportunidades de networking que conducen a hacer negocios

agregó Sáez señaló que “Hemos notado que, al juntar a personas de distintas industrias, etapas y edades bajo este formato, se generan oportunidades de networking que conducen a hacer negocios. Muchas personas que han venido a nuestros desayunos han terminado aportando o comprando suscripciones debido a las conexiones y apoyo que encuentran aquí. Un simple desayuno puede dar lugar a un negocio concreto. Hemos visto cómo diferentes personas trabajan en conjunto, venden más o forman alianzas comerciales. Ese es precisamente el ambiente que queremos fomentar”.

Entonces, nuestra visión es crear un lugar similar a un club de campo, el “Country Club del Emprendedor”, donde puedas encontrar a las personas que debes conocer o cómo llegar a ellas. Queremos que este sea el lugar al que acudas cuando necesitas conectar con otros emprendedores y hacer crecer tu red de contactos.

¿Qué recomiendas al postular a fondo?

Para aquellos emprendedores que estén postulando a aceleradoras o incubadoras en Chile o Estados Unidos, les recomendamos que apliquen siempre, incluso si no tienen todas las respuestas. Las preguntas que te hacen en los formularios de postulación suelen ser fundamentales para tu negocio, y muchas veces, al principio, no tenemos todas las respuestas. Es normal que se cometan errores al principio, pero es importante preocuparse por responder de manera realista y enfocada en la postulación. Nosotros mismos hemos pasado por múltiples intentos de postulación antes de tener éxito.

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