Comunicación efectiva, empatía, flexibilidad y aprendizaje continuo se posicionan como competencias decisivas en un contexto laboral marcado por el cambio, la diversidad y la transformación cultural.
En un escenario donde el mundo del trabajo evoluciona aceleradamente, las organizaciones están redefiniendo qué significa liderar. Así lo revela un análisis realizado por Randstad, compañía especializada en reclutamiento y gestión del talento, que identificó las siete habilidades clave que hoy se esperan de un buen líder, poniendo el foco en competencias humanas y socioemocionales por sobre los conocimientos técnicos tradicionales.
De acuerdo con el estudio, si bien las habilidades técnicas siguen siendo necesarias, las llamadas “habilidades blandas” se han vuelto determinantes, especialmente en cargos de liderazgo. La capacidad de interactuar, inspirar, comunicar y generar confianza se posiciona por sobre títulos académicos, certificaciones o experiencia dura.
“La figura del líder ha evolucionado. Hoy las organizaciones necesitan líderes que pongan a las personas en el centro, que gestionen con empatía y flexibilidad, comuniquen con claridad y sepan manejar los desacuerdos de manera constructiva”, explicó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay. “Estas habilidades son clave para impulsar tanto el desarrollo profesional como personal de los equipos”, agregó.
Las 7 habilidades que marcan el liderazgo actual
Según los especialistas de Randstad, estas son las competencias que hoy definen a un liderazgo efectivo:
1. Comunicación efectiva
La capacidad de transmitir ideas con claridad, escuchar activamente y adaptar el mensaje al contexto se vuelve fundamental en entornos laborales cada vez más híbridos, diversos y colaborativos. Una comunicación clara fortalece la confianza, reduce conflictos y mejora la coordinación de los equipos.
2. Empatía
Comprender las emociones, necesidades y motivaciones de las personas es una competencia central del liderazgo moderno. Los líderes empáticos logran mayor compromiso, cohesión y bienestar en sus equipos, además de detectar a tiempo situaciones de desmotivación o sobrecarga.
3. Flexibilidad
En un contexto volátil e incierto, liderar requiere adaptarse con rapidez, redefinir prioridades y convivir con la diversidad de miradas, culturas y estilos de trabajo. La flexibilidad permite responder mejor al cambio y fomentar la innovación.
4. Manejo de desacuerdos
El conflicto no se evita, se gestiona. Un buen líder promueve el diálogo abierto, valida las diferencias y transforma los desacuerdos en oportunidades para mejorar la toma de decisiones y fortalecer el clima laboral.
5. Feedback y retroalimentación
El feedback frecuente, claro y respetuoso es una herramienta clave para el crecimiento individual y colectivo. Reconocer logros, orientar mejoras y generar espacios de aprendizaje resulta especialmente valorado por las nuevas generaciones.
6. Visión estratégica
Más allá de la gestión operativa, se espera que los líderes tengan la capacidad de anticiparse, identificar tendencias y conducir a sus equipos con una mirada de largo plazo, alineada con los objetivos estratégicos de la organización.
7. Aprendizaje continuo
En un entorno donde el conocimiento se vuelve obsoleto rápidamente, la disposición a aprender y desaprender es esencial. Esta mentalidad de crecimiento permite a los líderes mantenerse vigentes, adaptarse al cambio e inspirar una cultura de mejora continua.
Para Andrea Ávila, fortalecer estas competencias es una decisión estratégica tanto para las organizaciones como para las personas. “La demanda por profesionales con habilidades que van más allá del conocimiento técnico crece día a día. Apostar por el aprendizaje continuo y el desarrollo de habilidades humanas mejora la empleabilidad y permite seguir siendo relevantes frente al avance tecnológico y las nuevas exigencias del mercado laboral”, concluyó.
