Hilda Burgos, Ingeniera de Proyectos Gestión y Formación de Better: “Cuando logramos implementar un sistema de gestión y aplicar las distintas normas, las empresas comienzan a entender que esto tiene un impacto positivo en su negocio”

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NESTLÉ
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Hilda Burgos tiene una amplia experiencia en el sector industrial. Se graduó en 1986 de Prevención de Riesgos, una carrera innovadora para la época. Fue parte de la segunda generación de egresados de la Universidad Santa María en Concepción y tuvo la oportunidad de trabajar en diversos rubros industriales, como astilleros, industria del acero, área forestal y construcción. Hoy es parte de Better Consultores.

¿Cómo fueron los inicio de tú camino profesional?

En el rubro en el que trabajaba, no había presencia femenina. Incluso, las instalaciones carecían de baños para mujeres, ya que nunca se había considerado que pudiera haber mujeres trabajando en los barcos mientras se encontraban en reparación en los diques. La industria tuvo que adaptarse e ir incorporando espacios para las mujeres. Tuve la experiencia de ser parte de todo este proceso evolutivo que ha sido impresionante, y que nos ha llevado al punto actual, en el que las mujeres están completamente integradas en la industria.

¿Dónde fueron tus acercamientos a la sustentabilidad?

Tuve la oportunidad de trabajar durante muchos años en la industria de la madera, específicamente en el rubro de los tableros de aglomerado y MDF. Durante 17 años formé parte de Masisa, donde tuve la oportunidad de desempeñarme como subgerente corporativo. Fue en ese cargo donde inició mi interés por el mundo de la sustentabilidad.

Comencé a enamorarme de este tema maravilloso al tener la oportunidad de desarrollarme y capacitarme en las distintas normas de gestión, como la Norma 14.001 de Seguridad y Salud Ocupacional, la 45.001 o la 9001. En esa época se utilizaba la norma OHSAS 18.001, pero cambio en 2018 y empecé a implementar las normas en varios países, entre ellos México, Argentina, Brasil y Venezuela.

De alguna manera, llevábamos las mejores políticas y prácticas de Chile a todos esos países. Cuando compramos una planta en México, lo primero que hicimos fue enfocarnos en el negocio desde una perspectiva empresarial, pero de manera paralela, nos enfocamos en mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y el cumplimiento de las empresas e instalaciones. A partir de ahí, me involucré en el proceso de hacer un negocio sostenible, responsable y comprometido con los aspectos sociales, ambientales y gubernamentales.

¿También trabajaste en la academia?

Durante 17 años, también trabajé como docente en la academia, además de mis trabajos de consultoría en distintas industrias. Esta combinación me permitía inspirarme plenamente y hablarles a mis alumnos sobre los compromisos ambientales de la sustentabilidad, el triple resultado y otros temas relacionados. Realmente estoy enamorada de este tema y cuando estoy con mis alumnos es fascinante poder darme cuenta de que de alguna manera estoy influyendo en estos nuevos profesionales.

¿Qué interesante es unir el mundo de la academia con la empresa?

Es satisfactorio darse cuenta de que uno tiene un impacto en los futuros profesionales que crearán nuevas culturas de organización, y que de alguna manera uno ha intervenido en su formación para crear una cultura de procesos productivos responsables. El rol de la prevención de riesgos, que antes se enfocaba solo en evitar accidentes, ha evolucionado para tener una participación mucho más activa en los procesos del negocio.

Es interesante observar cómo ha evolucionado la parte legal desde los años 80 hasta hoy en día. Actualmente, la gobernanza exige un compromiso mucho más claro de las empresas en mejorar las condiciones laborales, mejorar la relación con la comunidad y cumplir con las leyes.

En la actualidad, existe una mayor regulación que nos ha permitido, como consultores, brindar un mejor apoyo a las empresas para convertirlas en organizaciones más responsables.

¿Qué valor aporta certificar procesos?

En mi experiencia como consultora, he tenido que implementar sistemas de gestión en empresas que solo buscan certificar para obtener una licitación. En estos casos, la empresa mandante exige que demuestren su responsabilidad, pero a menudo, no existe una conciencia real detrás de ello, sino que solo se trata de hacer negocios.

Sin embargo, cuando logramos implementar un sistema de gestión y aplicar las distintas normas, las empresas comienzan a entender que esto tiene un impacto positivo en su negocio. Les ayuda a cumplir con la legislación, a implementar mejores prácticas, a generar ahorros, a comprometerse con la mejora continua y a desarrollar su liderazgo.

Al trabajar con una empresa, a menudo nos encontramos con brechas importantes en cuanto al cumplimiento legal, pero al comprometerse con la mejora continua, la empresa puede tomar conciencia de estas brechas y empezar a salir de la mentalidad de buscar solo rentabilidad, para considerar también la urgencia de ser responsables.

¿Cuáles son los desafíos de la Agenda 2030?

Uno de los principales desafíos es el tema de la energía, así como también el cuidado de la salud y el bienestar, la promoción de comunidades sostenibles y la producción y consumo responsable. Desde la consultoría, estamos apoyando a las empresas en reconocer los requisitos legales que les aplican y cómo cumplir con ellos, lo que las convierte en empresas más saludables no solo desde un punto de vista ambiental, sino también social. Es importante que las empresas se comprometan a resguardar la salud de sus colaboradores y de la comunidad en la que se encuentran.

¿Cómo ves el liderazgo femenino?

Las mujeres hemos generado un cambio importante en la industria. Como mujeres, hemos logrado transformar la empresa en una organización que no solo consume y destruye, sino que también crea nuevas oportunidades y tiene una conciencia ambiental responsable. Hemos integrado estos temas y tenemos una perspectiva distinta, una perspectiva que se enfoca en la creación y en cuidar lo que ya existe, pensando no solo en nuestro entorno directo, sino en la comunidad en general. Las mujeres hemos tenido un papel vital en la creación de indicadores ASG.

Hoy en día, muchos ejecutivos de las empresas no le dan la debida importancia a estos temas. Se centran únicamente en el retorno del negocio, pero no en cómo su impacto afecta a los trabajadores y a la comunidad que los rodea.

¿Y las nuevas generaciones?

Las nuevas generaciones tienen una mentalidad distinta y vienen preparadas con un enfoque distinto hacia la sustentabilidad. La academia es sin duda una instancia en la que podemos potenciar los cambios que queremos lograr.

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