Patricio Parra, Gerente Consorcio I+D Vinos de Chile: “Las viñas han ido estableciendo políticas claras, monitoreo y control permanente de sus parámetros asociados a acciones en el ámbito ambiental y social”.

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El Código de Sustentabilidad de la industria vitivinícola cumple 10 años, una herramienta que ha permitido al vino chileno entrar a mercados con grandes barreras de entrada y que en la actualidad tienen a 76 viñas certificadas, que representan el 80% de las exportaciones de vino embotellado.

El sector vitivinícola chileno ha logrado un liderazgo a nivel internacional y compradores importantes han reconocido públicamente el trabajo realizado durante estos años. Al ser un actor relevante en el concierto mundial nos observan con atención, conversamos con Patricio Parra, Gerente Consorcio I+D Vinos de Chile sobre los impactos sociales y ambientales de la industria vitivinícola.

A 10 años del Código de Sustentabilidad, ¿Cuál es el balance?

Es muy notable lo que ha logrado en estos años, una iniciativa 100% voluntaria y abierta a todo el sector vitivinícola. Partimos con 11 viñas el año 2011 y actualmente son 76 las viñas certificadas, las cuales representan más del 80% de las exportaciones de vino embotellado, aproximadamente 44 millones de cajas (año 2019). Ha sido muy importante el compromiso de las viñas y también el apoyo de CORFO a través de sus líneas de financiamiento de Consorcios Tecnológicos.

Nuestro Código tiene el alcance más completo, si se compara con otros Códigos internacionales de sustentabilidad en el sector vitivinícola. Tiene cuatro áreas que incluye los viñedos (área verde), bodegas y plantas de embotellado (área roja), aspectos sociales (área naranja) y en el año 2019 se lanzó la cuarta área de Enoturismo Sustentable (área morada). Esta es un área muy importante, por el impacto que tiene el turismo en las economías locales y el desarrollo de los territorios.

El Código tiene una institucionalidad sólida con diversos comités y una evaluación independiente, realizada por empresas certificadoras. Ha sido reconocido por diferentes compradores internacionales, posicionándolo como una iniciativa que aporta valor y genera impacto en toda la cadena de suministro. El año 2017 obtuvo 3 premios, destacando el de la revista The Drinks Business. El año 2019, el Código fue elegida la mejor práctica de sustentabilidad del sector agroexportador chileno.

¿Valoran los consumidores atributos de sustentabilidad como viñas orgánicas y de comercio justo?

Existe una sensibilidad innegable de los consumidores hacia productos con atributos sociales y ambientales. Nosotros consideramos estos diferentes esquemas de certificación como parte de nuestra estrategia de sustentabilidad. De hecho, la gran mayoría de viñas orgánicas y de comercio justo, también son parte de la certificación de sustentabilidad de Vinos de Chile. Lo difícil es comunicar de manera simple todos los atributos a los consumidores y en esto se debe trabajar mucho más a nivel nacional e internacional. Este es un desafío global.

¿Cuáles son los desafíos de la industria respecto al cambio climático?

Existen desafíos desde el punto de vista de la adaptación al cambio climático y también de la mitigación.  Con respecto a lo primero, se requiere información de buena calidad, gestión y tecnología para adaptarse a condiciones climáticas distintas, con menos agua, con ciclos de plagas y enfermedades potencialmente diferentes, cambios de temperatura, entre otros. Es ampliamente conocido la falta de agua y la sequía que estamos enfrentando actualmente y en ese sentido, el manejo eficiente de agua es uno de los desafíos principales. Desde el punto de la mitigación, estamos trabajando en sistematizar las métricas de las viñas y analizar las mejores opciones de reducción de emisión de gases efecto invernadero, uso sustentable del agua, reducción de huella de carbono, etc.  

En comparación a viñas internacionales, ¿Cómo ven a Chile respecto a la sustentabilidad social y ambiental?

El sector vitivinícola chileno ha logrado un liderazgo a nivel internacional y compradores importantes han reconocido públicamente el trabajo realizado durante estos años. Especialmente destacan el balance que hemos logrado en los pilares ambiental, social y económico. Chile es un actor relevante en el concierto mundial del vino y por lo tanto, observan con atención lo que hacemos. Siempre es posible mejorar y así lo hemos hecho, lo importante es que las viñas han ido estableciendo políticas claras, procedimientos de debida diligencia, integridad, monitoreo y control permanente de sus parámetros asociados a acciones en el ámbito ambiental y social.  

¿Cuál es la importancia de la biodiversidad para los viñedos?

Es muy importante. En el Código existe un capítulo de Biodiversidad que incluye la biodiversidad predial en los viñedos, en sectores puntuales de interés ecológico, corredores de biodiversidad y áreas cercanas a los viñedos destinadas a la conservación. Es importante que los productores entiendan la importancia que tiene la biodiversidad funcional para el propio sistema productivo. Actualmente las viñas certificadas en el Código cuentan con 28.000 ha dedicadas a la protección de la biodiversidad en ecosistemas naturales alrededor de las áreas productivas, sumado al manejo de la biodiversidad en los propios viñedos.

¿Cuáles son los desafíos a futuro?

La sustentabilidad es uno de los cuatro pilares de Vinos de Chile y es necesario profundizar aún más las acciones que desarrollamos. Debemos ser capaces de transferir la experiencia de todos estos años a otros gremios, lo que permitiría generar una imagen país sólida, basada en sistemas de producción agroalimentarios sustentables, comprometidos con el medio ambiente y la sociedad.

A su vez, debemos monitorear permanentemente y de manera proactiva, las necesidades tecnológicas, de gestión y de capital humano, para abordarlas a través de proyectos de investigación, desarrollo, innovación y capacitación.

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