El propósito: La razón de existir de una persona o empresa

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Por Sharoni Rosenberg, gerente de Sostenibilidad de PwC Chile y directora ejecutiva de Fundación PwC.  

El propósito es la razón de existir de una persona o una empresa y que define la contribución que cada uno realiza a la sociedad. Comúnmente se ha estudiado en relación con la felicidad que genera en las personas o cómo potencia la productividad de las empresas, pero en tiempos duros, como los que vivimos, el propósito, que da sentido y dirección a nuestras vidas, toma un ribete diferente que se puede convertir en una gran herramienta de resiliencia en tiempos de crisis.

El poder del propósito cuando se vive con sufrimiento es el legado de Viktor Frankl, psiquiatra y sobreviviente del Holocausto, quien en su libro “El Hombre en Búsqueda del Sentido” nos relata cómo su propósito le dio la fortaleza suficiente para sobrevivir a los campos de concentración, y cómo al aferrarse a él, logró elevarse por encima de los sufrimientos del momento. Frankl anhelaba salir con vida para poder contarle al mundo lo que había sucedido de manera que nunca más se volviera a generar tanto sufrimiento en el mundo.

Estudios recientes demuestran como tener un propósito en la vida puede motivar el replanteamiento de situaciones estresantes para afrontarlas de manera más productiva, facilitando así la recuperación del estrés y los traumas, por lo mismo confirman que aquellas personas y empresas que están conscientes de su propósito tendrán mayores herramientas de resiliencia para superar la crisis que estamos enfrentando.

Todos tenemos un propósito, pero al estar conscientes de él se genera la capacidad de ver más allá de las tareas concretas que tenemos que realizar en el día a día de manera de poder elevar nuestras acciones hacia aquella virtud o valor que no mueve desde lo más profundo. Por ejemplo, para un padre que está sobrepasado por tener que hacer las tareas con sus hijos mientras tiene que rendir el trabajo, tendrá mayores herramientas para afrontar la situación si por un lado siente que al hacer la tarea con su hijo le esta transmitiendo que la familia tiene que mantenerse unida ante la adversidad y en la dimensión laboral, tiene la convicción de que la empresa para la que trabaja saldrá adelante en la medida que se sumen los esfuerzos de cada uno de sus miembros.

Así como los doctores no instalan respiradores mecánicos, sino que salvan vidas; los recolectores de basura no se encargan de los desechos, sino que permiten que los barrios funcionen; la forma en que concebimos nuestras acciones afecta considerablemente en nuestra percepción de sentido de la vida. He ahí el desafío para las organizaciones de utilizar su propósito o razón de existir para ampliar la visión de sus colaboradores, más allá que las tareas concretas que realizan, de manera que su trabajo cobre sentido y puedan a través de la resiliencia salir fortalecidos.

El propósito de las empresas se sitúa como un norte que debe guiar las decisiones y el actuar de todos sus miembros, no solo en tiempos de bonanza, sino más aún, en los tiempos de crisis. Ya que como bien postulaba “quien tiene un por qué para vivir podrá soportar cualquier como”.

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