En seminario internacional organizado por la Universidad de Santiago, la empresa Pöyry/EBP Chile aseguró que es posible implementar una planta de producción de energía a partir de residuos en la capital. “Debe incorporar la inversión privada como un actor fundamental, evitando ojalá subsidios directos desde el punto de vista del Estado”, aseguró el ministro de Energía, Andrés Rebolledo.
Además, en la instancia, expertos de Alemania, Estados Unidos, Suiza, Finlandia y Chile, abordaron las últimas tecnologías para la valorización de residuos orgánicos urbanos, agrícolas, forestales y agroindustriales. “Chile se ha puesto la meta de entrar de lleno a las energías renovables no convencionales, por lo tanto este proyecto es la oportunidad de liderar en Latinoamérica”, enfatizó el director del Programa Sustainable Waste to Energy Research & Technology Center y académico de la U. de Santiago, Dr. Luis Alonso Díaz.
Este miércoles, se realizó el primer seminario internacional ‘Sustainable Waste to Energy’, organizado por la Universidad de Santiago de Chile, junto al Gobierno Regional Metropolitano, el Ministerio de Energía, las universidades de Rottenburg, de Los Andes, Federico Santa María, BMBF y Conicyt.
En la instancia, expertos de la academia y del sector industrial expusieron sobre las últimas tecnologías para la valorización de residuos orgánicos urbanos, agrícolas, forestales y agroindustriales.
De acuerdo al ministro de Energía, Andrés Rebolledo, las tecnologías para producir energía a partir de residuos se están desarrollando en el mundo, principalmente en Europa, pero en América Latina no hay experiencia.
Es por eso que, a su juicio, es relevante evaluar la factibilidad tanto técnica como económica de instalar una planta “Waste to Energy” en la región Metropolitana. No obstante, aclaró que el proyecto “debe incorporar la inversión privada como un actor fundamental, evitando ojalá subsidios directos desde el punto de vista del Estado”.
Por su parte, el Intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, recordó que el incendio del relleno sanitario Santa Marta, dejó en evidencia la fragilidad del sistema. “Actualmente tenemos 4 rellenos sanitarios funcionando, pero algunos comienzan a terminar su vida útil alrededor del 2025”, afirmó la autoridad regional.
En ese sentido, aseguró que es importante comenzar a pensar qué requiere la ciudad: ¿otro relleno sanitario? “Podemos experimentar con nuevas tecnologías que permitan hacer plantas más pequeñas en lugares más urbanos sin contaminar, y lo más importante, creando un valor agregado como puede ser la energía”, indicó Orrego.
El rector de la Universidad de Santiago, Juan Manuel Zolezzi, resaltó la reciente creación del Programa Centro Sustainable Waste of Energy Research and Technology, constituido por destacados investigadores de la Facultad de Ingeniería del plantel estatal. Con respecto al proyecto sostuvo que “la idea central es ahorrar recursos y además colaborar con la descontaminación del país”.
El director del Programa, Dr. Luis Alonso Díaz, señaló que en este se destacan proyectos Fondef, Fondecyt y BMBF-Conicyt, y la idea es investigar las mejores tecnologías sustentables para la valorización de residuos orgánicos con el fin de convertirlos en energía y otras materias primas bajo el concepto de economía circular.
“Chile se ha puesto la meta de entrar de lleno a las energías renovables no convencionales y una de ellas es esta, por lo tanto es la oportunidad de liderar en Latinoamérica”, agregó el académico.
Estudio
Patrick Furrer y Mauricio Villaseñor, de la empresa consultora Pöyry/EBP Chile, fueron los encargados de presentar los resultados parciales del estudio contratado por el Ministerio de Energía y el Gobierno Regional Metropolitano.
Esta medición busca determinar la viabilidad técnica, económica, social y ambiental para la instalación de una planta Waste of Energy en la Región Metropolitana, permitiendo explotar de mejor manera la generación de energía sustentable a partir de residuos.
En base a los resultados parciales, es factible implementar una planta de estas características en Santiago, pero “bajo ciertas condiciones” como la existencia de voluntad y capacidad de articulación a nivel político, es decir, que el proyecto se desarrolle de manera conjunta y articulada.
Además debe existir un marco normativo que permita establecer los límites ambientales y regulatorios para el desarrollo de la planta; también es necesario garantizar al desarrollador del proyecto seguridad respecto a las inversiones en las que se tenga que incurrir y establecer los parámetros para definir un modelo de negocios.