BASF ayuda a generar silencio total en el Museo Guggenheim

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La nueva cámara de silencio permite escuchar los latidos del corazón

En Nueva York hay un ruido constante y la ciudad se clasifica entre las 10 más ruidosas del mundo. La algarabía de los restaurantes alcanza a los 90 decibeles, y los metros circulando por la ciudad registran los 80 decibeles. Sin embargo, el museo Solomon R. Guggenheim ofrece un escape tranquilo y silencioso: el PSAD Synthetic Desert III.

El trabajo artístico, ideado por Doug Wheeler, implementado por el Museo Guggenheim y patrocinado por BASF, se ocupa de sonido, luz y espacio en una “cámara semianecoica”, diseñada para suprimir todos los niveles de ruido del ambiente, excepto de los sonidos más bajos. La construcción se utiliza en parte de la tecnología de supresión de sonido, que normalmente se utiliza en pruebas y testes en el área de la ingeniería de sonido. La iluminación y la ordenación de la sala también están diseñados para inducir una ilusión óptica de espacio infinito. Wheeler compara la percepción visual y acústica del Desierto Sintético III (Synthetic Desert III) con su experiencia misma en los desiertos del norte del Arizona, en donde las condiciones prácticamente sin ruido afectan profundamente la percepción visual de distancia.

“El silencio, como sabemos, mide 30 decibeles, y la cámara semianecoica de Wheeler medirá entre 10 y 15 decibeles – tan silenciosa que se podía escuchar los latidos del propio corazón”, señaló Doyle Robertson, experta en espuma de melamina, BASF, América del Norte.

Las propiedades anecoicas de la cámara se hacen posible parcialmente en razón de un producto llamado Basotect®, una espuma de melamina flexible, de células abiertas, con propiedades de alta absorción de sonido. La espuma Basotect se utiliza en una amplia gama de arquitecturas, construcciones y aplicaciones industriales, como en ascensores rascacielos de Nueva York, donde se elimina el ruido de algunos de los ascensores más rápidos (hasta 37 Km/hora) en América del Norte.

A través de una mescla entre química, arte y arquitectura, la atracción del Guggenheim contará con 400 pirámides y 600 placas de Basotect recubriendo el piso, las paredes y el techo de la cámara.

La Curadora del museo Guggenheim, Francesca Esmay, el Curador Senior, Jeffrey Weiss y la Directora de Diseño de la Exposición, Melanie Taylor, trabajaron por dos años con el artista para producir la atracción, que se ideó inicialmente en 1971, pero a ser construida por primera vez aquí. El equipo ha seleccionado con cuidado el material para construir la pieza.

“La espuma Basotec fue la elección ideal para la atracción del Guggenheim, en base a las propiedades y capacidades de diseño”, ensalzó Joerg Hutmacher, CEO de pinta acoustic, que desarrolla techos en 3-D y productos para ser aplicados en paredes para el control acústico. “Yo no conozco a cualquier otro producto que pudiera servir para llevar a cabo lo que el artista se imaginó hacer”.

Debido a su alta capacidad de absorción de sonido, junto a su habilidad en moldarse en casi todas las formas, la espuma Basotect empodera e inspira a arquitectos, diseñadores, ingenieros de sonido y otros profesionales, creando espacios con una acústica adecuada y estéticamente agradables – ya sea en una arena deportiva, un local para conciertos o un estudio de grabación.

Basotect cuenta también con excelentes propiedades en presencia de fuego, es extremadamente ligera y de fácil instalación.

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