Una nueva actitud para la educación

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capacitacion-docentes-coronel-actitud-lab-111-de-111Apuestan por una educación distinta. Más allá del aprendizaje cognitivo, Actitud Lab busca potenciar el desarrollo de las habilidades blandas de los estudiantes. “Somos una empresa que tiene como foco el desarrollo de las competencias y habilidades para la formación del carácter y las emociones tanto en el mundo de la educación como el mundo de las empresas”, afirma Sebastián Errázuriz, director ejecutivo y socio fundador de Actitud Lab.

En los últimos años, los métodos de aprendizaje y las condiciones de este en los establecimientos, ha alimentado un debate que aún está lejos de concluir. El desarrollo de habilidades blandas en niños y niñas no está contemplado en el programa educacional. “Nos dimos cuenta que el sistema educativo actual está pensado desde el saber y desde el hacer, pero poco tiene que ver con la parte afectiva y valórica; que el niño sepa quién es”, argumenta Sebastián.

Este paradigma de la educación convencional es lo que Actitud Lab quiere modificar introduciendo su método de la actitud, el cual consiste en un innovador sistema de aprendizaje práctico para que los estudiantes desarrollen sus habilidades.

La incomodidad con el sistema educativo actual y el trabajo que Sebastián desarrolló en  liceos técnicos profesionales de Puerto Montt, fueron los incentivos para comenzar este proyecto. Errázuriz percibió que “faltaba información y desarrollo de estas habilidades en los alumnos”.

Para Actitud Lab, el desafío está en integrar el mundo de la educación, la empresa y el Estado. “Nos hemos planteado como un articulador donde buscamos que la empresa, el estado y la escuela conversen”, destaca el fundador de la empresa. Trabajan para potenciar el desarrollo de la personalidad, las aptitudes y los valores de los jóvenes para cuando se enfrentan a la vida laboral.

La innovación del modelo educativo está en la forma de enseñar, partiendo porque es el estudiante quien va descubriendo en su formación los errores o aciertos en el proceso de aprendizaje. También se busca resolver la problemática de la educación socioemocional que el sistema educativo actual no considera en la formación de los jóvenes.

Para esto, cuentan con distintos proyectos educativos. Estos módulos son insertados en la malla curricular con horas específicas. Tanto a alumnos como al docente, se les entrega un libro con el programa a desarrollar. Estas actividades son evaluadas desde la forma tradicional, hasta una propia de Actitud Lab. Desde el ministerio se les exige la calificación convencional: notas de 1 a 7. En relación a las habilidades, los estudiantes son evaluados al comienzo y al final del programa.

Dentro de las actividades están Impacto, taller de emprendimiento escolar; Meatrevo, programa de formación de habilidades blandas y Recreo, escuela de emprendimiento e innovación social dictado en vacaciones de verano e invierno. También hay programas para profesores y directores que quieran involucrarse en esta educación innovadora.

Los resultados han sido positivos. Por ejemplo, el programa que implementaron entre 2010 y 2012 en Puerto Montt, aumentaron de un 20% a un 80% de empleabilidad. “Aumentaron de forma sostenida la renta de los egresados bordeando los 500 mil pesos”, destaca Errázuriz. También les han reportado mejoras en los promedios de los cursos donde han aplicado los talleres. “En algunos colegios los alumnos han subido como 3 décimas en promedio cada año que han recibido el programa”, declara Sebastián. Aún así, es enfático en clarificar que falta realizar evaluaciones sostenidas para conocer el verdadero impacto de los programas en los jóvenes y niños.

La inserción en los colegios contó con un aprendizaje clave: la colaboración. Sebastián cuenta “Muchas veces nosotros somos un bicho raro dentro de las escuelas”. El modelo disruptivo de Actitud Lab a los profesores no siempre les asentaba. “Llegamos a meter un poco de bulla en un contexto donde los profesores tienen el monito controlado. Tuvimos que aprender a integrarnos con humildad, pidiendo ayuda, observando las clases”, comenta el abogado. De esa forma, los profesores se muestran interesados en este nuevo material que la empresa busca implementar en la clase.

La empresa trabaja con establecimientos particulares y municipales, además de distintos niveles. En la actualidad cuentan con 18.000 estudiantes y 4.000 docentes, equivalente a 90 centros educacionales impactados. Han llegado a comunas como Coronel, Puerto Montt e Illapel, entre otros.

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