La empresa ha implementado una logística inversa que busca maximizar el aprovechamiento de los subproductos, logrando reducir las mermas en un 90%.
Luz Cabrera lidera Raíces del Alma, una microempresa familiar dedicada a la elaboración artesanal de mermeladas gourmet sin aditivos ni preservantes. La filosofía de su emprendimiento no solo busca ofrecer productos de alta calidad, sino también promover la sostenibilidad, la inclusión social y el comercio circular, pilares fundamentales de su proceso productivo.
Raíces del Alma se distingue por trabajar con pequeños agricultores orgánicos de la zona, quienes cultivan las materias primas libres de pesticidas y transgénicos. Este modelo no solo garantiza productos saludables y naturales, sino que también respeta el medio ambiente y promueve la economía local.
Las mermeladas, elaboradas mediante doble esterilización y un sellado al vacío, logran una conservación natural sin la necesidad de químicos, cuidando la salud de los consumidores.
Sostenibilidad a través de la gestión de residuos
La gestión de residuos es otro aspecto fundamental para Raíces del Alma. La empresa ha implementado una logística inversa que busca minimizar las mermas y maximizar el aprovechamiento de los subproductos.
A través del compostaje, las cáscaras de frutas y las hierbas usadas en la producción se transforman en insumos orgánicos, mientras que el endocarpo (cuesco de durazno) se utiliza para la fabricación de bases de cremas exfoliantes orgánicas. Este enfoque innovador permite reducir las mermas en un 90%, contribuyendo así a la sostenibilidad del medio ambiente.
Además, el comercio circular se ha consolidado como un eje clave en su modelo de negocio. Los pequeños agricultores que proveen las materias primas de la empresa también se benefician de los desechos generados en la planta, los cuales se convierten en compost y nutrientes para sus cultivos. De esta forma, se cierra el ciclo de la producción, favoreciendo tanto a los productores como al entorno.
Un modelo de impacto social
El emprendimiento de Luz Cabrera es un ejemplo de cómo las pequeñas empresas pueden jugar un papel crucial en la transformación hacia un modelo económico más sostenible e inclusivo.
Gracias a su propuesta, Raíces del Alma no solo apuesta por la calidad de sus productos, sino por una economía circular que potencia la colaboración, el respeto por el medio ambiente y la inclusión social, todo mientras contribuye al bienestar de la comunidad local.
Su compromiso con la sostenibilidad, desde la producción hasta el manejo de residuos, demuestra que es posible combinar la innovación con la responsabilidad social y ambiental, un camino que otros emprendedores pueden seguir para hacer una diferencia significativa en sus comunidades y en el mundo.
