Desafío climático: El agua es lo primero

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Andrea Ramos, Country Manager de Kilimo en Chile

Otro año más se repite la foto de una Cordillera de Los Andes sin nieve en Santiago en pleno mes de junio. Un preocupante escenario y cambio estructural que nos ha tocado ver de cerca a todos los que vivimos en la capital, el cual no ha sido acompañado de cambios radicales en los hábitos de ciudadanos, corporativos y públicos. Ante este adverso panorama y una crisis hídrica que arrastramos hace trece años en el país,  ¿Qué estamos esperando para actuar?

Cuando se trata de priorizar qué podemos hacer para frenar los efectos de la crisis climática, los científicos, expertos y ambientalistas del mundo coinciden en un punto: el agua es lo primero que hay que proteger para cumplir con éxito cualquier otro desafío global. Es fundamental reorientar las acciones para aumentar la producción sostenible de agua y así facilitar el progreso en todos los demás retos que estamos enfrentando.

A nivel mundial estamos haciendo un gran esfuerzo para disminuir la huella de carbono y lograr los compromisos globales para 2050. Eso está muy bien, el mundo lo necesita, pero ¿Qué pasa con el agua? ¿Qué compromiso vamos a alcanzar en países como Chile, que de aquí a 2030 deberán disminuir su producción de todos los bienes y servicios por la escasez hídrica?

La ONU es consciente del problema mundial y en 2015 lanzó sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, un llamado universal a la acción para poner fin a la pobreza, mejorar las vidas de las personas y proteger el planeta. Y nuevamente, tras analizar las propuestas y cómo abordarlas de la manera más eficiente, nos lleva a la misma conclusión: el agua es el principio de todo. 

Veamos por qué: si trabajamos por mantener el suministro y enfrentamos la sequía, si hacemos un uso responsable del agua y empleamos herramientas tecnológicas que nos aseguran optimizar los recursos y contar con una producción eficiente, colateralmente tendremos éxito en objetivos como hambre cero, especialmente si consideramos que la agricultura representa el 70% del uso del agua en todo el mundo. 

Un sector agroalimentario sostenible y productivo requiere de una producción de agua que se ajuste al crecimiento de la demanda de alimentos; y ya contamos con alianzas entre la tecnología y la agricultura que demuestran viabilidad para cumplir con esta demanda fundamental en la protección del planeta y las personas. Incluso existen herramientas tecnológicas certificadas para la generación y el procesamiento de datos de huella hídrica en la producción agrícola.

Al proveer agua limpia también mejoramos la salud y bienestar de la población, porque gracias a ella se pueden prevenir enfermedades y se favorece la inmunización. La productividad industrial también se vería favorecida, ya que contar con suministro seguro aumenta la capacidad operativa, los beneficios y la actividad de las empresas. El objetivo de acción climática también podría lograrse, ya que actualmente la producción de agua tiene un enorme impacto medioambiental oculto, al producir 76 millones de toneladas de CO2 al año por la desalinización del agua de los océanos. En cambio, contar con iniciativas sustentables impacta de manera positiva en el medio ambiente. 

El suministro fiable, accesible y sostenible de agua potable es EL camino que tenemos que seguir para cambiar el actual panorama y entregar esperanza a las futuras generaciones. Cristian Allendes, Presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura en Chile, fue enfático al destacar: “Seguimos construyendo puentes, rutas, una infraestructura maravillosa, pero ¿Qué sentido tendrá todo eso el día en que nos terminemos de secar? De ser necesario, deberíamos frenar todo esto y enfocarnos en aquello que nos permitirá proveer de agua de calidad a todo el país durante los próximos años“.

Sabemos que la escasez es una amenaza real, ¿Pero somos verdaderamente conscientes de que es una amenaza inmediata ? Si trabajamos para optimizar su uso hoy, esta puede ser una oportunidad ejemplificadora en la región para darle a este recurso la posición que tiene ante todos los desafíos del cambio climático: el agua es lo primero. 

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