“Luego de 10 años de experiencia laboral, junto a dos amigos de la Universidad, decidimos fundar Grupo Nortes con el fin de conectar a los trabajadores con el propósito de su organización. Estábamos cansados del rol que teníamos que ocupar en las organizaciones y había cosas que ya no podíamos seguir tranzando”, dice Javiera Palma, Psicóloga Laboral y Gerenta de Grupo Nortes, consultora especializada en hunting de talentos, asesorías y desarrollo de propuestas de valor a empleados con una mirada sustentable.
Aquellas cosas a las que se refiere, tienen relación con el distintivo comportamiento de los nuevos trabajadores, los “Millenials”, personas nacidas entre 1981 a 1995 -según el sitio abc.es- que están entrando o ya están inmersos en el ambiente laboral. Jóvenes y adultos que buscan darle sentido a sus vidas en espacios laborales que les brinden oportunidades de desarrollo personal. Buscan compatibilizar la “dualidad trabajo – persona”.
Y en ese camino, hay grandes cambios que contribuyen al comportamiento de esta nueva generación, inmersa en un contexto totalmente diferente. “Los Millenials son la generación viva más grande del mundo y su expectativa de vida crece cada vez más. La conciencia medioambiental, la tolerancia, carácter emprendedor y multicultural no son atributos con los que nacieron, sino que son atributos adaptativos que han desarrollado porque los avances en ciencia, tecnología, cambios culturales y acceso a la educación los demandan y promueven al mismo tiempo”
Robert Briner, académico e investigador de la University of London y ganador de HR Magazine`s Most influential Thinker list 2016, comenta en su libro “Evidence-Based I-O Psychology: Not There Yet” que “no existen diferencias evidentes respecto a las actitudes en el trabajo entre las distintas generaciones, sino que las diferencias generacionales están dadas principalmente por los cambios del contexto que conllevan un cambio en las preferencias y conductas de las personas. El status, dinero, estabilidad y prestigio hoy no se logran exclusivamente a través del trabajo o posición que ocupamos dentro de la organización como si lo era hace pocos años atrás”.
Para entender de mejor forma esta generación, Javiera Palma, da a conocer cinco cosas que buscan los Millenials en un trabajo con sentido:
Coherencia: ¿Cuán alineados están los trabajadores con los ideales de la empresa? “El propósito de la empresa y el interés personal (experiencia del usuario) deben ir de la mano” asegura Javiera y añade que “ya no se puede separar marketing de cultura organizacional, ya que los dos ámbitos están cada vez más ligados”
“Si no hay coherencia entre los atributos de marca de cara a los consumidores y la forma en la que la organización trabaja internamente, la promesa se cae. Los colaboradores son los principales embajadores de la marca de una organización y por eso ahora los clientes o trabajadores están apareciendo como los mejores canales de marketing de las organizaciones o marcas. Es cosa de ver Instagram u otras redes sociales”
Confianza: Cambiar el foco de las exigencias a nuestros equipos con menos reglamentos y más incentivos a atreverse trabajar con el equipo de trabajo. “Si nos equivocamos, nos equivocamos todos y es una tremenda oportunidad de aprendizaje y mejora. La confianza es clave no sólo para el aprendizaje organizacional, sino también para hacer sentir a todos los actores relevantes, autónomos y protagonistas de la consecución del propósito y éxito organizacional”, afirma.
La psicóloga explica que la confianza es “la mejor forma de dar responsabilidades” y agrega que en la “medida que confiemos en nuestros equipos, desafiándolos con libertad, se generará el compromiso y engagement que la organización necesita”.
Tiempo (Flexibilidad): ¿Puede un trabajador irse antes del horario establecido? “Por supuesto que no siempre, pero por ejemplo, si un colaborador quiere salir antes el día viernes para ir a la playa, no debiera haber ningún problema, mientras haya cumplido con su trabajo y el día lunes llegue dispuesto y motivado”, comenta Javiera.
En este punto, la psicóloga reflexiona sobre la importancia del desarrollo personal -practicando hobbies y actividades con amigos- en ambientes laborales flexibles. “Veo mucha frustración en los jóvenes que no pueden complementar la reflexión y el trabajo. Los Millenials valoran esa flexibilidad para el autoconocimiento y desarrollo de habilidades personales que contribuyan a la persona en el sentido holístico”, y por su parte, “las organizaciones necesitan personas integrales, no trabajadores infelices, ya que es una punta de lanza para un clima laboral negativo, de stress y rotación”.
Liderazgos: Un jefe debe impactar positivamente en el empleado. “Las jefaturas deben estar implicadas y comprometidas con el desarrollo de los equipos, lo cual implica empatizar y comprender las necesidades de los equipos a cargo para promover el desarrollo de éstas al personalizar la experiencia de su equipo y organización”, dice.
Asimismo, añade el importante rol de los líderes del mundo laboral actual, como personas que dialogan con sus empleados, sin dejar de lado los objetivos empresariales. “Los lideres ya no sólo desafían y delegan. Un buen líder es el que promueve el desarrollo de la persona potenciando sus necesidades y destrezas, con cosas tan simples como que tu jefe te incentivé a hacer deporte, te aconsejé a probar otras cosas y/o nuevas oportunidades. Que los trabajadores no sientan que están calentando la silla”.
Desafíos: No sólo basta con ser líderes comprometidos, sino que también deben existir oportunidades de desarrollo. “El trabajador debe sentirse desafiado en concordancia a los objetivos empresariales. Entender claramente cuál es la contribución que hace para el logro del propósito y cómo su trabajo impacta en el éxito de la organización. Las cosas están pasando demasiado rápido como para perder nuestro tiempo y dejar pasar oportunidades frente a nuestras narices. Por ello, hay que movilizar a las personas y buscar lo que les apasiona. Si no te llegan las oportunidades debes ir a buscarlas tú”, concluye.