5 retos para las empresas sociales

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Por Guillermo Casasnovas (@gcasasnovas), DPhil Candidate en Saïd Business School (University of Oxford).

¿A qué retos se enfrentan las empresas sociales? ¿Comparten los mismos problemas que las empresas tradicionales?

Muchos de los retos para crear y gestionar empresas sociales son similares a los que nos encontramos en empresas puramente comerciales o en organizaciones sin ánimo de lucro. Sin embargo, hay algunas tensiones y dificultades que son particulares del sector del emprendimiento social, en tanto que es un entorno híbrido donde los modelos de éxito todavía están en fase de experimentación y consolidación:

  1. Competición por los recursos: En todas las organizaciones existe por definición escasez de recursos, ya sean humanos, financieros o técnicos. Las empresas tienen a menudo relaciones de dependencia con los proveedores de estos recursos, y el objetivo suele ser alinearlos de manera que caminen en la misma dirección. Sin embargo, esto es a veces más difícil en las empresas sociales, donde la rentabilidad financiera y el impacto social pueden demandar asignaciones de recursos en sentidos opuestos y por tanto crear tensiones que solo se pueden resolver con un liderazgo fuerte y claro.
  2. Conflicto entre lógicas distintas: Más allá de las tensiones en la asignación de recursos, las empresas sociales habitan en un entorno donde chocan lógicas muy distintas, ya que el sector social y el mundo de los negocios tienen valores, prácticas, y reglas del juego que pueden ser contrapuestas. La falta de claridad en cuanto a la estrategia y el modelo a seguir puede crear oportunidades para la innovación pero también tensiones a la hora de ganarse la legitimidad de los diferentes stakeholders.
  3. Ausencia de infraestructura: En tanto que sector en una fase inicial de desarrollo, el emprendimiento social carece de la infraestructura institucional – regulación, intermediarios, estándares, plataformas, etc. – que sí se encuentran en otros ámbitos con trayectorias más largas. Por este motivo, a medida que los mercados específicos en los que operan las empresas sociales se vayan desarrollando, aumentarán las eficiencias organizativas que favorecerán su sostenibilidad financiera.
  4. Nuevas formas organizativas: Los modelos organizativos de las empresas sociales son a menudo distintos de los que encontramos en otros sectores. Además, no son simplemente un punto intermedio entre una empresa tradicional y una ONG, sino que tienen estrategias, roles y rutinas particulares. Estas nuevas formas organizativas tienen que ser diseñadas, probadas y desarrolladas, además de integrarse en contextos locales (legales, sociales, culturales) con diferentes expectativas.
  5. Ambigüedad del sector: La falta de claridad o acuerdo sobre lo que significa el emprendimiento social implica que actividades muy diferentes se acaban englobando en el mismo paraguas. Si bien esto puede ayudar a ampliar el número de actores interesados, también crea un riesgo de pérdida de enfoque y legitimidad.

Estos cinco retos pueden suponer un lastre para las empresas sociales a la hora de competir con modelos organizativos más consolidados, pero también apuntan a que el emprendimiento social será cada vez más competitivo a medida que se minimicen estos desafíos.

Fuente: Esocialhub ESADE

 

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