“Nunca dudes de que un pequeño grupo de personas comprometidas pueda cambiar el mundo. En realidad, es lo único que lo ha logrado” (Margarita Mead)
Efectivamente, esos cambios de la ciudadanía en el mundo se producen a través de la incidencia pública,que puede definirse, en términos generales, como un proceso orientado a producir cambios en las actitudes, prácticas, políticas y leyes de personas, grupos e instituciones influyentes. Su objetivo es modificar la forma en que se crean, ejercen y distribuyen el poder, los recursos y las ideas para que la gente y las organizaciones tengan oportunidades reales de tener control sobre las decisiones que les afectan. La incidencia pública se lleva a cabo a través de la investigación y el análisis, la concienciación y sensibilización, la comunicación, el trabajo en red con organizaciones y colectivos, la movilización de la ciudadanía y la relación con decisores políticos.
Aunque figura en su discurso, las organizaciones sociales hacen todavía muy poca incidencia pública. Sin embargo, ésta es hoy más importante que nunca por las siguientes razones:
1. Porque además de acompañar a personas y colectivos, las organizaciones con un proyecto de transformación social tienen que contribuir al cambio de estructuras sociales y políticas. La incidencia pública es vital para cambiar actitudes, valores, mentalidades y políticas públicas en favor de la justicia.
2. Porque la incidencia pública conecta con la voz y los derechos- tantas veces silenciados, tantas veces vulnerados- de las personas y colectivos excluidos, puesto que supone la defensa de sus derechos e intereses y la apertura de espacios en el ámbito de lo público. La Campaña dominicanos/as por derecho, un movimiento de la sociedad civil dominicana a favor de las personas dominicanas de ascendencia haitiana desnacionalizadas, aglutinó a movimientos, afectados, ONG y otros colectivos, internacionalizó el caso, llevándolo a la Corte interamericana de Derechos Humanos y a diversos países, facilitó espacios entre afectados y gobernantes y consiguió que se aprobara una ley que trataba de solucionar, al menos parcialmente, la situación de muchas de las personas afectadas.
3. Porque la incidencia pública permite relacionar y conectar entre sí causas, acciones e impacto. Porque permite conectar la realidad local con la nacional y la internacional.
4. Porque la incidencia pública fortalece la democracia y la gobernanza al impulsar la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones. La movilización de la comunidad educativa, de más de 10 millones de personas en 100 países, en favor del derecho a una educación de calidad para todos y todas que promueve la Campaña Mundial por la Educación, ha llevado a la desaparición de las tasas de matrícula y a la gratuidad de la enseñanza en diversos países, entre otras muchas cosas.
5. Porque hace que determinados temas se incluyan en la agenda política. La lucha contra el cambio climático es un ejemplo claro de la acción concertada de numerosas organizaciones y movimientos sociales que han contribuido de manera decisiva a su consideración como un tema global y a colocarlo en un lugar relevante del discurso de la agenda política internacional.
6. Porque en tiempos de la posverdad, en los que parece que lo importante es que afloren las emociones- desafortunadamente, algunas de las más negativas, como el miedo, y la desconfianza, los estereotipos e incluso el racismo, tal y como hemos visto en los resultados de elecciones recientes- es más importante que nunca ofrecer datos, información veraz, argumentos, razonamientos. Porque hoy más que nunca, hay que generar pensamiento y propuestas alternativas.
7. Porque a través del análisis, la investigación, los estudios e informes, además del contacto directo de las personas a las que se acompaña, la incidencia pública ayuda a leer y entender la realidad y, en ese sentido, también a mantener relevancia en ciertos temas por parte de las organizaciones sociales.
8. Porque la incidencia pública es decisiva para fortalecer el discurso y la narrativa de las organizaciones sociales en torno a los temas relacionados con desarrollo, las causas, las conexiones, y las propuestas de solución.
Hacer incidencia pública conlleva riesgos para las organizaciones, porque hace que se posicionen en asuntos controvertidos y que cuestionen el status quo, lo que ocasionará que sean a su vez cuestionadas en cuanto a su rigor, veracidad, o legitimidad. También puede resultar comprometedor si vierten críticas hacia las administraciones o las empresas, que pueden subvencionarlas.No obstante, la incidencia pública, además de hacerles cumplir con su misión, fortalece el rol de las organizaciones sociales, las convierte en interlocutores y referentes frente a instituciones, facilita su participación en ámbitos de decisión y les otorga notoriedad social.
La incidencia pública requiere perseverancia- los cambios son lentos- , ser inasequible al desaliento y a la frustración, porque a veces hay retrocesos; requiere sobreponerse, incluso, a la escasa importancia que en la práctica se le da en nuestras propias organizaciones. Pero, con las razones que he expuesto y otras muchas que puedan imaginarse, ¿alguien puede dudar que es de las mejores cosas que se pueden hacer en favor de la gente?