Energía lunar: ¿una forma romántica de pagar el sobregiro de la Tierra?

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Energia-Lunar-2Energía lunar: ¿una forma romántica de pagar el sobregiro de la Tierra?. El 19 de agosto del 2014 no sólo fue una fecha importante para los que tuvieron su cumpleaños ese día. Fue una fecha importante también para el planeta, o mejor dicho, una fecha triste.

Ese día marca la fecha en la cual la humanidad ya ha consumido todo lo que puede consumir en el año 2014 en cuanto a recursos naturales del planeta sin comenzar a “excederse”, o dicho en otros términos más técnicos,  cuando la huella ecológica anual de la humanidad sobrepasa la habilidad de la naturaleza de regenerar los recursos naturales y asimilar los desechos como el dióxido de carbono, lo que se denomina como biocapacidad del planeta.

Este día se conoce también como el “Día del Sobregiro de la Tierra”. Es como si comenzáramos a endeudarnos ese día con el banco donde tenemos nuestra cuenta de dinero sabiendo que nunca podremos pagar de vuelta ese dinero. La peor noticia es que ese día pasa cada vez más temprano en el año. En el año 2000 todavía estaba en el mes de octubre y en los años 70´s llegaba a diciembre. Lo que sucede es que desde la década de los años setenta la energía, alimentos y agua  que consumen nuestras ciudades a partir de su crecimiento económico y demográfico, representa una cantidad mucho mayor de lo que la Tierra puede regenerar. En las ciudades se consume un 67% de toda la energía producida en el planeta y al mismo tiempo son responsables de más del 70% de las emisiones de dióxido de carbono del sector energía contribuyendo de manera fundamental al aumento de los efectos negativos del cambio climático.


Aunque pareciera en un principio que no tiene nada que ver con el tema, ese día también ocurrió algo muy interesante. Un banco suizo, de aquellos que no se caracterizan por tomar muchos riesgos cuando se trata de aconsejar a sus clientes en dónde invertir su dinero, circuló un documento en el cual explica por qué tiene mucho sentido financiero invertir ahora en empresas que fabriquen sistemas de producción de electricidad con energía solar, baterías y vehículos eléctricos. Si lo dice un banco que tiene algo así como 1.5 trillones de dólares  en activos, algo sabrán de inversiones, ¿no?


El argumento principal es que los costos de estas tecnologías están bajando tanto en los últimos años que prácticamente nos encontramos ad portas de una revolución en el sistema eléctrico. Mientras que los costos de los paneles solares han bajado un 80% desde el año 2008 las propias estimaciones del banco suizo muestran que los costos de las baterías podrían bajar un 50% al año 2020. Esto no sólo generaría un incremento en la venta de vehículos eléctricos sino también un aumento en las posibilidades de almacenamiento de excedentes de energía a través de baterías estacionarias o de las baterías de los mismos vehículos. Estos dos aspectos son muy importantes a la hora de poder mitigar la variabilidad en la producción de energía, a partir de fuentes renovables como la eólica o solar.

 energía lunarFoto: Rawlemon

Los impactos para las empresas eléctricas y para los consumidores de energía en las ciudades no se harían esperar. Esta es una revolución que realmente ofrece oportunidades para todos. Mientras que los menores costos de los sistemas solares harán que los consumidores tradicionales de electricidad se conviertan en generadores, las empresas eléctricas podrán generar mayor valor en nuevas líneas de negocio que se ocupen de las nuevas necesidades del consumidor moderno, por ejemplo, a través de redes inteligentes de distribución de energía, servicios auxiliares para los consumidores finales y gestión de pequeñas unidades de reserva.


Entonces tenemos la esperanza que el “Día del Sobregiro de la Tierra” sea cada vez más tarde en el año y de que podamos adaptarnos más a lo que la Tierra tiene para darnos y no al revés. Claro que no faltarán los pesimistas que piensen que no hay tal revolución y que nunca se podrá almacenar energía de forma eficiente. Pues para esos impacientes la innovación tiene una respuesta. ¿Qué tal si producimos electricidad con la luz de la luna y ni siquiera necesitamos almacenar la energía producida durante el día con el sol?


La energía lunar no es una idea descabellada de un romántico perdido sino del arquitecto alemán André Brößel quien viendo un día a su hija jugar con canicas de cristal creó un sistema que aprovecha la luz de la luna para producir electricidad. Si la eficiencia máxima de un sistema fotovoltaico comercial está por el 20%, el “colector de bola de cristal” del arquitecto alcanza una eficiencia del 50%. Los prototipos del sistema han demostrado ser 4 veces más eficientes que las celdas solares tradicionales ya que a través de la bola de cristal de un poco menos de 2 metros de diámetro y llena con agua destilada se puede concentrar la luz tenue de la luna hasta 20000 veces.

Energía lunarFoto: Rawlemon

Aunque la tecnología aún se encuentra en desarrollo ya hay varias compañías de vehículos interesadas en las posibilidades que ofrece este sistema de generación de energía bastante prometedor. Así que tendremos energía solar de día y energía lunar de noche. Energía limpia y, además, romántica.

Juan Roberto Paredes es Especialista Senior en Energías Renovables de la División de Energía del Banco Interamericano de Desarrollo. Juan es responsable de la debida diligencia técnica de los proyectos en energías renovables, incluyendo eólicos y marinos, financiados por el banco. Anteriormente ha trabajado con desarrolladores privados y consultorías de proyectos en energía renovable en Alemania, España y el Reino Unido. Ha realizado estudios de Ingeniería Mecánica y Física en la Universidad de Los Andes en Bogotá, Colombia y una maestría en Energías Renovables de la Universidad de Oldenburg en Alemania. También cuenta con cursos de especialización en Innovación e Infraestructura de la Universidad de Harvard y Energía y Cambio Climático en el MIT (Boston, EU). Es autor de un libro titulado Energía sin fin, diseñado especialmente para niños que quieren entender mejor la relación entre medioambiente y energía.

Esta columna fue publicada originalmente en el Blog Ciudades emergentes y Sostenibles del BID

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