En un contexto marcado por la crisis climática, la escasez hídrica y una creciente demanda por modelos de desarrollo más justos, la relación entre minería y territorio se ha convertido en uno de los principales desafíos para la sostenibilidad en Chile.
Ya no basta con producir, hoy se exige crear valor compartido, reducir impactos y contribuir al bienestar de las comunidades. En ese escenario, Codelco ha definido la Estrategia Territorial con Valor Social (ETVS), una apuesta por integrar el desarrollo minero con las necesidades sociales, ambientales y económicas de los territorios donde opera la estatal.
Impulsada desde la Vicepresidencia de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad, la estrategia se traduce en 2025 en una inversión social de US$31,2 millones, destinada a 396 iniciativas desplegadas en 32 comunas del país, donde habitan cerca de 1,4 millones de personas.
Del impacto a la corresponsabilidad territorial
Uno de los principales aprendizajes que ha dejado la implementación inicial de la ETVS es que la sostenibilidad no se construye desde la dispersión, sino desde el foco. Desde Codelco reconocen que uno de los mayores desafíos ha sido ordenar y priorizar una cartera amplia y atomizada de iniciativas, con el objetivo de generar impactos reales y sostenibles en el tiempo.
“Buscar resultados significativos para las personas que viven en los territorios donde operamos nos ha obligado a focalizar esfuerzos y alinear proyectos, partiendo siempre por el cumplimiento de los compromisos comunitarios ya existentes en cada división”, explica Claudia Sandoval, gerenta de Gestión Social de Codelco. La lectura es clara, más iniciativas no necesariamente significan mayor impacto si no existe una estrategia común que articule los esfuerzos.
Este aprendizaje se refuerza con estudios internos desarrollados en zonas con presencia de industrias extractivas, que muestran que una percepción positiva del desempeño ambiental de una empresa multiplica por más de cuatro la evaluación favorable de su gestión global. El cuidado del entorno, la transparencia y el respeto por las comunidades dejan así de ser variables accesorias y se consolidan como condiciones habilitantes para la sostenibilidad del negocio.
Bajo esta lógica, Codelco ha reorganizado su gestión social para avanzar desde iniciativas aisladas hacia un enfoque integral, que articula empleo local, protección ambiental, acceso al agua, infraestructura básica y fortalecimiento del capital social.
Economías locales como base de la sostenibilidad
La dimensión económica ocupa un lugar central dentro de la ETVS. A septiembre de 2025, el 57,9% de la mano de obra vinculada a las operaciones de Codelco corresponde a trabajadores locales, mientras que las compras regionales alcanzan los US$890 millones anuales, realizadas a más de 500 empresas locales.
De cara a 2026, la estatal reconoce que uno de los focos prioritarios será seguir fortaleciendo los planes de compra y empleo local, entendidos como motores clave para dinamizar las economías territoriales y mejorar el bienestar de las comunidades. Este trabajo, señalan, se desarrolla en un marco de relacionamiento permanente con comunidades y emprendedores, y en coordinación con actores estratégicos como las Oficinas Municipales de Información Laboral (OMIL), centros de formación, gremios locales y organismos públicos como Corfo y Sercotec.
En esa línea, la capacitación de 565 personas en 29 cursos durante 2025 forma parte del esfuerzo por ampliar capacidades productivas y abrir oportunidades más allá del ciclo minero, impulsando también actividades complementarias como la pesca artesanal, la agricultura, la ganadería y el turismo.
Medio ambiente, agua y transición energética
Más de un tercio de la inversión social de la ETVS se concentra en medio ambiente y sustentabilidad, abordando desafíos críticos como el acceso y uso eficiente del agua, la protección de la biodiversidad y la transición energética en los territorios de influencia de la estatal.
Programas de soluciones sanitarias para comunidades indígenas, proyectos de energías renovables para juntas de vecinos y sindicatos de pescadores, y la recuperación de espacios públicos mediante reutilización de materiales industriales forman parte de este enfoque.
Iniciativas como “Ventanas Ilumina”, que mediante energía solar beneficia a 12 mil vecinos de Puchuncaví, reflejan cómo la transición energética puede traducirse en mejoras concretas en la calidad de vida local.
Pueblos indígenas, derechos humanos y futuro compartido
La ETVS incorpora además una dimensión clave para la sostenibilidad, el reconocimiento de la diversidad cultural y los derechos humanos. En 2025, Codelco presentó su primera Estrategia de Pueblos Indígenas, construida con participación significativa de las comunidades, junto con su primera Estrategia de Derechos Humanos, que ha sido reconocida por su estándar en el ámbito de las empresas públicas.
Ambas iniciativas apuntan a fortalecer el diálogo, la confianza y la participación, bajo la convicción de que la sostenibilidad no se impone, sino que se construye de manera colaborativa.
La Estrategia Territorial con Valor Social no se agota en el corto plazo. Su proyección hacia 2030 y 2050 incorpora desafíos estructurales como la resiliencia frente al cambio climático, la diversificación económica post minería, la regeneración de la biodiversidad y la formación de competencias para un futuro productivo más diverso y sostenible.
En un país donde la minería ha sido históricamente un pilar del desarrollo, la pregunta ya no es solo cuánto se produce, sino cómo se produce y qué legado queda en los territorios. Con esta estrategia, Codelco busca responder a ese desafío, instalando la sostenibilidad territorial como un eje estructural de su rol en Chile.



