La compañía implementa piloto que convierte residuos de lechería en energía para el transporte, reduciendo emisiones y uso de diésel.
En línea con su estrategia de desarrollo sostenible y de agricultura regenerativa, Nestlé Chile inició la operación de su primer camión eléctrico para transportar leche fresca desde los campos de sus productores hasta la fábrica ubicada en Los Ángeles, región del Biobío.
El piloto se desarrolló en alianza con Agrícola Ancali y la empresa de transportes Sotraser, y constituye un hito para la industria lechera al integrar energías renovables en la cadena de abastecimiento.
Energía limpia desde los residuos
El proyecto utiliza un modelo circular en el que los residuos orgánicos animales son tratados en un biodigestor que los convierte en biogás, insumo que luego genera energía eléctrica para la carga del camión. Además, el sistema permite reutilizar agua en los procesos productivos y obtener fertilizantes naturales para los cultivos.
Gracias a este mecanismo, el camión podrá transportar cerca de 30.000 toneladas de leche fresca al año, evitando el consumo de 17 toneladas de diésel y reduciendo aproximadamente 45 toneladas de CO₂ equivalente.
Un paso hacia el transporte sostenible
La iniciativa aporta autonomía en trayectos de alto tonelaje, ya que el vehículo eléctrico puede recorrer 44.000 kilómetros anuales con el mismo rendimiento que un motor convencional, pero con un impacto ambiental significativamente menor.
“Esta decisión responde al desarrollo de una alternativa innovadora para nuestra cadena de abastecimiento de leche fresca, insumo clave para la elaboración de nuestros productos como leche NIDO, y que nos permite incorporar modelos de economía circular en la industria lechera. De esta forma, trabajamos junto a nuestros productores en soluciones escalables que aporten a nuestra meta de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050”, señaló Enrique Vega, gerente de Política Agropecuaria de Nestlé Chile.
Hacia una lechería regenerativa
Con este piloto, Nestlé no solo busca reducir la huella de carbono de su operación logística, sino también fortalecer la resiliencia y sostenibilidad de la cadena láctea en Chile, integrando prácticas regenerativas que mejoran el suelo, promueven la eficiencia en el uso del agua y generan energía a partir de residuos.
Este avance se suma a los compromisos globales de la compañía por alcanzar un modelo de abastecimiento sostenible y circular, consolidando el rol de la industria alimentaria en la transición energética.



