Por Juan Esteban Dulcic, Director de Recursos Humanos, Nestlé Chile
En el marco de la conmemoración del Día del Trabajo, debemos reflexionar sobre el presente y el futuro del mercado laboral en Chile. En una sociedad en constante transformación, avanzar en inclusión no puede entenderse sólo como un cumplimiento legal: es una convicción ética y una decisión estratégica que impacta positivamente a las empresas y a toda la sociedad.
El talento es uno de los activos más valiosos de cualquier organización, pero para que pueda fortalecerse, las empresas deben asumir un rol activo en la construcción de una cultura organizacional diversa, equitativa e inclusiva, donde el valor del respeto sea un eje central. Esto no sólo requiere un cambio de mentalidad de la compañía, sino de todo aquel que forma parte del tejido social, considerando que tienen la responsabilidad de generar oportunidades para todos.
Lograr una inclusión efectiva implica ir más allá de la contratación. Se necesita un trabajo colaborativo que atraviese toda la cultura organizacional. Esto incluye promover programas de apresto laboral y escuelas de habilidades sociolaborales, así como invertir en infraestructura clave que garantice la accesibilidad universal.
Hace un mes conmemoramos en nuestras instalaciones, junto a autoridades y organizaciones de la sociedad civil, los siete años desde la promulgación de la Ley de Inclusión Laboral, normativa que exige a las empresas con más de 100 trabajadores contratar al menos un 2% de personas con discapacidad progresivamente. Actualmente, Nestlé cuenta con un 2,3%.
Pero la inclusión en el mundo del trabajo es mucho más amplia. Otro grupo en el que se debe trabajar de manera sistemática son los jóvenes del país. Su incorporación al mundo del trabajo (formal) es urgente para construir una fuerza laboral sostenible con visión de futuro.
Este camino no se transita en solitario. La inclusión requiere una articulación sólida entre el sector público, privado, la academia y las organizaciones de la sociedad civil. Solo mediante esta colaboración efectiva podremos abrir más puertas, compartir buenas prácticas, derribar barreras culturales y acelerar los cambios que necesitamos.
Este 1° de mayo invito a todos y todas a reflexionar sobre cómo estamos construyendo un mundo laboral donde todas las personas puedan desarrollarse y cumplir su propósito. Estoy convencido de que solo avanzaremos como sociedad si lo hacemos en conjunto, sin dejar a nadie atrás.
