Juan Carlos Olmedo, presidente del Consejo Directivo del Coordinador Eléctrico Nacional
Chile está entre los países que lideran la incorporación de energías renovables a la red eléctrica. Las cifras así lo muestran: 63% de la generación provino de estas tecnologías en 2023, de las cuáles un 31% es de fuentes variables, con miras a que el sol y el viento representen del orden del 35% en 2024. La intensidad de emisiones se redujo un 21% respecto de 2022, proceso que continuará para cumplir las metas que se ha fijado el país.
Este resultado es una noticia positiva, pero también es un llamado a seguir trabajando en las condiciones habilitantes que permitan contar con un sistema eléctrico que pueda operar con un 100% de fuentes de generación renovable.
En el Día Mundial de las Energías Limpias, impulsado por la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), el llamado es a trabajar en el cumplimiento de este objetivo, el que es consistente con un mundo consciente de la importancia de abordar el cambio climático y asegurar un futuro sostenible, resguardando la seguridad y calidad de suministro en esta transición energética.
Esta conmemoración, que por primera vez se celebra este 26 de enero, sirve como un recordatorio de la necesidad de hacer la transición hacia fuentes de energía más limpias y sostenibles. En el caso chileno, esto implica habilitar nueva infraestructura que permita, por ejemplo, el retiro de centrales a carbón en la zona norte hacia el 2026, sin perder atributos que le dan fortaleza a la red eléctrica.
En un contexto donde los desafíos son evidentes, junto con destacar los avances que está teniendo el país hay que analizar cómo destrabar las barreras que existen al desarrollo de la infraestructura necesaria, los cambios en capacitación y empleo que se requieren, y trazar el camino a seguir para que, además, el proceso tenga un enfoque de transición justa que balancee aspectos económicos, sociales y medioambientales.
Como se ha visto con las cifras de inversión en los últimos años, la incorporación de energías renovables es una fuerza impulsora de una nueva economía. La inversión en infraestructura y la transformación que implica, no solo reducirá las emisiones de carbono, sino que también crea empleo, fomenta la innovación y contribuye al crecimiento económico.
En este camino, la colaboración internacional es muy relevante. Por eso, el rol de actores como IRENA, que es un líder global en la promoción de energías renovables, es importante para resolver los desafíos que impone la transición, los que requieren compartir mejores prácticas y abogar por políticas públicas que fomenten la adopción de tecnologías limpias.
El Día Mundial de las Energías Limpias no solo es una nueva fecha en el calendario, sino un recordatorio del trabajo que se está haciendo, y que debe continuar desarrollándose, en el ámbito de la transición energética. Al hacerlo, no solo salvaguardaremos nuestro planeta para las generaciones futuras, sino que también construiremos una economía más fuerte, resiliente y equitativa.
