Andrea Ramos, co fundadora de ClimaTech y Country Manager de Kilimo en Chile
Vivimos tiempos de grandes cuestionamientos y enormes desafíos. En materia medioambiental, las proyecciones estiman que en los próximos diez años, más del 50% de la población vivirá en zonas de escasez hídrica y el 75% de las ciudades de todo el mundo corren riesgo por el aumento del nivel del mar, lo que podría llevarnos a enfrentar la crisis alimentaria más grande de la humanidad, por la necesidad de alimentar a una población creciente con recursos cada vez más escasos.
Sin embargo, no todo es desolación. El ecosistema de startups con soluciones tecnológicas sustentables está aumentando en América Latina y, según el reporte de PwC‘s “State of Climate Tech 2021”, ésta se convertirá en una de las categorías de inversión de capital de riesgo más líquidas en los próximos años. Con esta oportunidad histórica y la convicción de que el trabajo colaborativo es fundamental para apalancar las soluciones que nos permitan adaptarnos y mitigar los peores impactos del cambio climático, desde mi rol en Kilimo y junto a Diego Carrasco (WES), Constanza Leviacán (Suncast), Daniel Waintrub (WenuWork), Nicole Norel (Nawi) y José Antonio Cabezas (Suda), fundamos la Asociación Climatech Chile.
Hoy, nuestra agrupación cuenta con 11 miembros, startups en su mayoría de origen chileno, donde compartimos propuestas sustentables y buscamos ser un aporte a la incertidumbre globala través de nuestra oferta de soluciones limpias y servicios tecnológicos de impacto. Estamos alineados con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y promovemos el uso de la tecnología como herramienta clave para mitigar el impacto humano en el medio ambiente.
Confiamos en que, como empresas emergentes, poseemos herramientas que pueden ser muy útiles para el contexto actual, ya que el core de nuestros negocios apuntan a crear nuevos enfoques para combatir sus desafíos. Además, incorporamos innovación y nuevas tecnologías, lo que nos hace ir un paso más adelante que las empresas tradicionales, porque contamos con la flexibilidad necesaria para actuar en tiempo de crisis.
Por otro lado, lo que mueve a nuestras organizaciones es un principio sostenible en términos sistémicos. Por supuesto que trabajamos por generar ganancias económicas como cualquier otra empresa, pero esa no es la única variable: el impacto ambiental es prioritario, teniendo siempre presente crear valor económico, social y medioambiental para contribuir al bienestar de las comunidades donde operamos. Este punto es vital, porque hoy el mercado apunta a que las nuevas oportunidades de negocios e inversión van de la mano de tecnologías que generen una menor huella de carbono. Como Asociación, buscamos acelerar este proceso, para que la inversión responda a los desafíos más urgentes de la región, permitiendo escalar agresivamente organizaciones que nos ayuden a enfrentar la crisis climática que estamos viviendo.
Por último, como gremio tenemos una inclinación natural al trabajo colaborativo, la creación de sinergias y el foco en la acción. Como emprendedores estamos habituados a resolver conflictos, y a través de la unión generada en ClimaTech, ponemos al servicio de la comunidad nuestra facilidad de adaptación a los nuevos escenarios y desafíos, al mismo tiempo que posicionamos a Chile como polo de innovación tecnológica en el desarrollo, adopción y promoción de soluciones para la mitigación y adaptación al cambio climático dentro de la región.
