Por André Laroze, PhD en Recursos Forestales, Secretario Ejecutivo de CERTFOR.
La certificación de Manejo Forestal Sustentable (MFS) es un instrumento que promueve el desarrollo de la actividad forestal, informando a los consumidores que determinados productos provienen de bosques cuyo manejo cumple con exigentes requisitos de cuidado ambiental y responsabilidad social. Tales requisitos están definidos en el Estándar de MFS del sistema de certificación, por ejemplo, CERTFOR en Chile y PEFC a nivel internacional.
Las empresas que optan por la certificación contraen un compromiso de gestión sustentable de los recursos forestales, que se expresa como factor de diferenciación en el mercado, mejorando tanto la integración con cadenas de suministro internacionales como con aquellos clientes nacionales que buscan demostrar, a través de sus productos, su interés por el medioambiente. En Chile se puede reconocer el sello PEFC en muchos bienes de madera y papel, tales como muebles, envases, correspondencia, folletería, revistas, textos y útiles escolares.
Pero más allá de la importancia que la certificación tiene para la comercialización de productos, lo principal es su aporte al desarrollo forestal. Aproximadamente el 60% de las plantaciones del país están certificadas desde 2004, lo que en temas ambientales se manifiesta en programas para la conservación del bosque nativo y las áreas de alto valor ecológico, así como en acciones para mantener la productividad de los suelos, la protección de las cuencas y la calidad del agua.
En lo laboral, ha regulado el cumplimiento de los contratos y las condiciones de seguridad en el trabajo, además de una adecuada calidad de vida para una actividad que se realiza en terreno. En el ámbito social, la certificación requiere una relación con las comunidades locales basada en la comunicación y participación, la realización de actividades de capacitación y educación, la cooperación en proyectos de desarrollo local y el resguardo de los sitios de especial interés.
En relación con las comunidades mapuche, la certificación se enfoca en el cumplimiento de los compromisos contraídos en términos de derechos de uso de la propiedad forestal y la gestión de los reclamos de tierra, promoviendo soluciones extra judiciales cuando sean viables. Las empresas certificadas también deben hacer transferencia tecnológica y convenios de forestación cuando las comunidades que han recibido tierras lo solicitan de manera libre, previa e informada según los lineamientos del Convenio 169 de la OIT.
Ciertamente se requiere continuar elevando el nivel de sustentabilidad del sector forestal nacional. En particular, es necesario evitar conflictos que se generan por el impacto de operaciones a gran escala, teniendo presente que 40 millones de m3 anuales de cosecha no caen del cielo; para ello la certificación tiene incorporado mecanismos que apoyan una mejora continua de la gestión.