Cooperativas promotoras de trabajo decente y los ODS. Por Natalia Piergentili – Subsecretaria de Economía

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Subsecretaria de Economía y Empresas de Menor Tamaño, Natalia Piergentili

Visibilizar a las cooperativas en una economía moderna permite mostrar cómo hoy es posible participar en unidades económicas cuya propiedad se base en principios democráticos como lo son la equidad e igualdad. Más aún, establecer que un miembro iguale a un voto en una decisión económica, permite, además, mejorar el empoderamiento de las personas y la solidaridad en las comunidades.

En este contexto, la cooperación a través de modelos sociales económicos representa una solución sostenible para los nuevos desafíos que representa la organización del trabajo en una economía como la actual. Como lo hemos experimentado, el trabajo y sus condiciones están cambiando drásticamente; desde el impacto tecnológico que nos ha obligado a cambiar velocidades y también nos ha permitido mejorar nuestras conexiones y trabajo a distancia, hasta tener mayor conciencia –como unidades productivas- del impacto de nuestras actividades económicas –por pequeñas que sean- en el cambio climático.

A su vez, este tipo de cambios son una manifestación de lo que ha inspirado al comercio desde antaño: la necesidad del contacto con otro y emprender una colaboración conjunta. Por lo tanto, las cooperativas se presentan como instancias que no sólo vienen a destacar estos principios, sino que además vienen a colaborar –en sí- con el desarrollo sostenible.

Es más, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha destacado por años los vínculos positivos que existen entre estas unidades económicas y el respeto por los derechos y la dignidad de las personas en materias tales como: las cadenas de suministro, movilización de comunidades y conocimiento de los desafíos económicos, creación de liderazgos, contribución a la entrega de servicios básicos, creación de poder de negociación comunitario y, en general, por su contribución a condiciones de un trabajo decente.

Bajos salarios, malas condiciones de trabajo, y falta de representación son algunos de los problemas que varios trabajadores enfrentan a diario alrededor del mundo y que, inmersos en este tipo de unidades económicas, por definición pueden cambiar y generar un impacto en la comunidad, pues según las estadísticas de la OIT involucran el empleo de más de 250 millones de personas alrededor del mundo.

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