Por Dr. Cristian Echeverría Leal, Director Campus Naturaleza UdeC
Han pasado diez años desde el Acuerdo de París y, pese a algunos avances, seguimos enfrentando una realidad ineludible: la trayectoria global de emisiones y pérdida de biodiversidad continúa siendo incompatible con un futuro seguro. El cambio climático no es solo un fenómeno ambiental; es la manifestación más visible de un desequilibrio profundo entre nuestras sociedades y los sistemas ecológicos que sostienen la vida.
En este nuevo aniversario, vale la pena recordar algo esencial. Ningún país, institución o comunidad podrá adaptarse o mitigar los impactos climáticos si no reconoce que la naturaleza es la primera infraestructura de la que depende nuestro bienestar. Sin ecosistemas sanos, no habrá ciudades resilientes, economías estables ni salud para nuestras comunidades. La crisis climática es, antes que todo, una crisis de biodiversidad.
Desde la Universidad de Concepción hemos asumido este desafío desde una perspectiva transformadora. Campus Naturaleza UdeC no es un proyecto ornamental ni un espacio recreativo; es un modelo innovador que integra conservación de la biodiversidad, la restauración de ecosistemas, la educación ambiental y el bienestar humano en el corazón de una ciudad universitaria. Lo que proponemos es un cambio de paradigma: devolver a la naturaleza su lugar estructurante en las decisiones de desarrollo sostenible.
Este modelo nos demuestra que la acción climática puede comenzar a escala local, pero con efectos sistémicos. Al proteger y restaurar ecosistemas boscosos y acuáticos, recuperamos funciones ecológicas críticas: regulación hídrica, captura de carbono, provisión de hábitat y amortiguación frente a eventos extremos. Al mismo tiempo, impulsamos actividades que fortalecen el bienestar de las personas, como baños de bosque, educación al aire libre y programas de ciencia ciudadana. La evidencia es clara: cuando restauramos la naturaleza, también restauramos nuestra salud y nuestra capacidad de enfrentar la incertidumbre climática.
La urgencia global exige soluciones replicables, sostenidas y basadas en evidencia. En ese sentido, CN UdeC se posiciona como un laboratorio vivo donde ponemos en práctica la integración del conocimiento científico, colaboración intersectorial y participación comunitaria para responder a los compromisos climáticos. Esta experiencia puede ser adaptada a otros territorios y aportar a la meta planetaria de proteger y restaurar los ecosistemas, tal como lo establecen el Acuerdo de París y el Marco Mundial de Biodiversidad.
Conmemorar este aniversario no es un acto simbólico, es un llamado a corregir el rumbo. Hoy necesitamos iniciativas que demuestren cómo se traduce la acción climática en la práctica, cómo se construye bienestar desde la naturaleza y cómo se puede liderar desde las regiones una transformación necesaria.
Campus Naturaleza es nuestra contribución a ese esfuerzo. Una invitación a un país donde la naturaleza no sea un recurso, sino un aliado fundamental para asegurar un futuro posible.



