El sector lácteo chileno dio un nuevo paso en su camino hacia la sostenibilidad con la firma del Segundo Acuerdo de Producción Limpia (APL), un compromiso que busca acelerar la adopción de prácticas modernas, eficientes y alineadas con los estándares internacionales para los predios lecheros del país.
La iniciativa, liderada por la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático de Corfo (ASCC) y la Corporación Consorcio Lechero, forma parte del programa Chile Origen Consciente, que está impulsando una transición profunda en la forma de producir alimentos.
Un sector clave que se adapta al cambio climático
El APL surge en un contexto donde las demandas ambientales y productivas han cambiado con gran rapidez. Sequías, variaciones en la disponibilidad de agua y mayores exigencias de certificación están presionando al sector para evolucionar. Desde la ASCC explican que este acuerdo busca justamente preparar a los productores para escenarios climáticos y comerciales más exigentes.
Como señaló Ximena Ruz, directora ejecutiva de la agencia, el sector lácteo es mucho más que un rubro económico. “Representa identidad territorial, empleo local y continuidad cultural. Pero también enfrenta impactos reales del cambio climático, y por eso este APL ayuda a preparar al sector para un futuro que ya llegó” explica.
Una nueva versión del estándar de sustentabilidad
El acuerdo incorporará una versión renovada del Estándar de Sustentabilidad para predios lecheros, un marco que reordena buenas prácticas en eficiencia hídrica y energética, bienestar animal, manejo de residuos, emisiones y relación con comunidades. Este estándar es una pieza clave del programa Chile Origen Consciente, impulsado por ODEPA, y es uno de los esfuerzos más avanzados de certificación agropecuaria en el país.
La subdirectora de ODEPA, Daniela Acuña, destacó que esta actualización refleja un proceso de aprendizaje continuo, “Hemos avanzado en un camino que ha dado frutos y queremos profundizarlo. Esta versión 2.0 implica un desafío, pero confiamos en la colaboración de los productores para alcanzarlo”, afirmó.
Por su parte, Natalie Jones, coordinadora del Área de Sustentabilidad del Consorcio Lechero, explicó que esta nueva etapa permitirá integrar a más predios del país y extender el sello de sustentabilidad hacia más productos finales. “Recogimos aprendizajes del proceso anterior, y hoy el sector lácteo es el primero en llegar con el sello Chile Origen Consciente a productos en góndola”, destacó.
En qué se traducen los compromisos del APL
El acuerdo no solo impulsa certificaciones, sino que pone foco en la operación diaria de los predios lecheros. Entre los compromisos destacan:
- Eficiencia en uso del agua y energía.
- Mejoras en bienestar animal y salud de los rebaños.
- Gestión económica profesionalizada.
- Manejo responsable de residuos y purines.
- Estrategias para reducir gases de efecto invernadero.
- Relacionamiento activo con comunidades locales.
- Monitoreo continuo mediante indicadores actualizados.
Además, los planteles adheridos contarán con asesoría técnica especializada, un apoyo que facilitará la implementación del estándar y la preparación para auditorías externas.
El subsecretario (s) del Medio Ambiente, Ariel Espinoza, valoró el avance como un esfuerzo colaborativo que eleva el estándar del país. “Este trabajo nos permite proyectar la industria con estándares del más alto nivel en sustentabilidad”, señaló.
Un sector diverso que avanza hacia estándares globales
Con más del 80% de la producción nacional realizada bajo sistemas de pastoreo, el sector lácteo primario involucra a más de 100.000 personas y transacciones por sobre los $900 mil millones al año. Su heterogeneidad, desde pequeños productores a grandes predios tecnificados, hace que un estándar común sea clave para avanzar hacia la competitividad global.
El primer APL, ejecutado entre 2021 y 2024, dejó una base sólida, con 118 empresas certificadas y avances en eficiencia hídrica, energía, bienestar animal, biodiversidad y gestión de residuos. Ahora, el Segundo APL busca consolidar esa evolución y preparar al sector para homologarse con exigencias internacionales cada vez más estrictas.
