Hil Hernández: de Miss Earth a líder de la moda sostenible que conecta identidad y territorio desde Chiloé

Javiera Palma
Javiera Palmahttps://www.diariosustentable.com/
Periodista especializada en el área digital. Transformo ideas en historias que conectan, cautivan e inspiran. Más de 5 años convirtiendo conversaciones en oportunidades a través de contenido creativo e innovador.

Desde el Archipiélago de Chiloé, la modelo y periodista impulsa “Chiloé Fashion Green”, una iniciativa que une artesanía, diseño y sostenibilidad para promover un consumo consciente y rescatar el valor cultural del sur de Chile.

Raíces y coherencia

Hil no se presenta solo como directora de un proyecto, sino como parte del paisaje que lo inspira. “El hecho de nacer en una isla te sitúa en un escenario particular”, dice, con la certeza de quien ha aprendido a mirar el entorno con respeto. “Yo soy una ferviente querendona de mi tierra”, agrega, reafirmando un vínculo que guía cada decisión.

Su camino hacia el activismo textil comenzó tras ganar Miss Earth, cuando advirtió que la conciencia medioambiental en Chile era “demasiado escasa”. Eligió entonces la moda como herramienta para comunicar un mensaje más amplio. Desde siempre ha tenido una relación sencilla con el vestir, “Mi forma de abordar la moda siempre ha sido muy austera”, confiesa, refiriéndose a su preferencia por las fibras naturales y las prendas duraderas.

Esa filosofía personal evolucionó en la misión de Chiloé Fashion Green para promover un consumo más consciente y un diseño que respete el entorno.

Moda circular desde el sur

El proyecto surge en un contexto global desafiante. La ONU estima que la industria textil es responsable de casi el 10% de las emisiones de carbono del planeta. En Chile, la situación también es alarmante ya que el país figura entre los mayores consumidores de ropa desechable de Latinoamérica, y los residuos textiles del Desierto de Atacama se han convertido en un símbolo del impacto ambiental del sector.

Frente a este escenario, Hil propone una respuesta desde el sur. Chiloé Fashion Green no es un desfile tradicional, sino una experiencia que combina educación, arte y diseño. En su primera edición, el encuentro unió a diseñadores y a las Artesanas de Isla Bonita de Lemuy, en talleres donde se compartieron técnicas como el teñido con plantas nativas o el trabajo con lana virgen.

“Para un diseñador es muy valioso, pero los artesanos no lo saben”, comenta Hil, convencida de que ese intercambio dignifica el conocimiento local y fortalece la identidad del oficio.

Creadores que dan forma a la sostenibilidad

La curatoría del evento busca reflejar diversidad y propósito. Cada diseñador aporta una mirada distinta, pero todos comparten una idea central: “concientizar en base a las prendas que tú vas a vestir”

También participa Macarena Cortés, considerada una de las “mamás de la moda chilena”, conocida por integrar arte y diseño textil en creaciones que dialogan con la naturaleza. Su obra ha sido exhibida en museos nacionales y proyectos curatoriales que celebran la relación entre estética y territorio.

El diseñador Claudio Mancilla, descrito por Hil como “el diseñador de lujo que tenemos en Chile”, ha demostrado que la alta costura puede ser intrínsecamente sostenible. Su trabajo con bordados y colaboraciones con artesanas genera piezas “eternas”, donde la técnica y el tiempo se vuelven parte del valor.

Finalmente, Cris Miranda aporta una mirada contemporánea al uso de materiales reciclados, especialmente seda, mientras refuerza la circularidad a través de colecciones que promueven la durabilidad y el consumo responsable.

Hil observa con orgullo que gran parte de estos creadores provienen de distintas regiones del país, aunque muchos se desarrollen desde Santiago. “Gran parte de ellos son de regiones, y hay un talento enorme, especialmente en la Patagonia y el norte de Chile”, enfatiza.

Proyección insular y mirada al Bicentenario 2026

La visión del Chiloé Fashion Green se alinea con el proceso de revalorización cultural que vive el archipiélago. Su próxima edición, programada para enero, se celebrará en el marco del Bicentenario de Chiloé, un hito que conmemora los 200 años de su anexión a Chile.

En paralelo, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha impulsado un plan con 79 iniciativas destinadas a fortalecer la identidad cultural de la provincia, mientras el Ministerio de Economía desarrolla una hoja de ruta con más de 30 programas centrados en turismo sustentable y fomento productivo.

Con ese contexto, el Chiloé Fashion Green busca consolidarse como un festival de larga proyección. Su internacionalización comienza con Perú como país invitado, elegido por su tradición textil y la cercanía cultural que comparte con el archipiélago. La meta, dice Hil, es demostrar que “los sueños se cumplen” y que la moda puede comunicar una identidad única que trasciende las fronteras.

La contemplación como acto sostenible

Al reflexionar sobre el motor de su trabajo, Hil Hernández lo resume en una frase: comunicar el territorio donde nació. Pero su mensaje va más allá de la moda.

Su consejo para las nuevas generaciones tiene que ver con detenerse y preguntarse qué vale la pena conservar. “Qué es lo que uno imagina que debería trascender, qué no quiere perder”, dice. En un mundo saturado de contenido, su invitación es a filtrar el ruido, volver a lo esencial y reconectarse con aquello que da sentido: una conversación, un olor, un paisaje, una caminata.

“Si te vas a lo esencial te vas a dar cuenta de que todo cae en el tema de la sostenibilidad, porque eso es lo que está desapareciendo”, afirma. Para ella, la contemplación es un acto revolucionario.

“Cuando todo esté en un caos, lo que se va a sostener será la naturaleza, el sonido de los pájaros, el mar”, dice con convicción. Y concluye con una reflexión que resume su propia ruta, detenerse y cambiar de dirección “es para valientes”.

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