Cada mañana, más de la mitad de los trabajadores en Chile comienza su jornada sintiéndose atrapado en la rutina o incluso con malestar emocional. Así lo revela una reciente encuesta de Robert Walters Chile, donde un 54% de los encuestados afirma que su día laboral inicia sin entusiasmo ni bienestar.
Lejos de ser solo un dato, esta cifra abre una conversación clave sobre el vínculo emocional entre las personas y sus trabajos, y cómo las empresas están llamadas a evolucionar hacia modelos más humanos, empáticos y sostenibles.
“Más allá del salario o el rol, los profesionales están buscando trabajar en ambientes donde su experiencia laboral diaria tenga sentido, impacto y equilibrio”, reflexiona Annabella Olavarrieta, country manager de Robert Walters Chile.
Liderazgos que escuchan, culturas que motivan
El estudio también exploró cómo los límites entre la vida personal y el trabajo siguen siendo difusos. Un 23% de los trabajadores prefiere ignorar los mensajes fuera del horario laboral, mientras que un 41% lo evalúa según la urgencia. La respuesta no es homogénea, pero sí clara: la gestión del tiempo personal importa, y cada vez más profesionales están priorizando su salud mental y bienestar.
“La forma en que las empresas se comunican fuera del horario puede impactar directamente en el engagement y la rotación de talento”, explica Diego Chamaca, ejecutivo de marketing en Robert Walters.
Esta desconexión emocional, lejos de ser un problema individual, refleja un desafío estructural para las organizaciones. El bienestar sostenido y la motivación no se logran con discursos, sino con culturas que prioricen el respeto, el propósito y la flexibilidad real.
Bienestar: de beneficio intangible a estrategia clave
Según el estudio de beneficios laborales 2025 de la misma firma, el 60% de los profesionales chilenos prioriza el equilibrio vida-trabajo por sobre el crecimiento salarial. Este giro en las prioridades evidencia una transformación silenciosa: el bienestar se ha convertido en una ventaja competitiva.
Hoy, las empresas que lideran no son solo las más productivas, sino también las que entienden que el éxito empieza por dentro.
¿Y ahora qué?
En un contexto de cambios laborales acelerados, modelos híbridos y demandas por mayor humanidad organizacional, el desafío es claro: construir entornos donde la motivación no sea una excepción, sino la norma.



