Por Daniel Daccarett, co-fundador de Emprende tu Mente.
Acabamos de vivir un momento clave. La vida y el emprendimiento se parecen. En ambos hay momentos de tensión, pero lo que realmente importa no es la foto del resultado, sino la película que construimos entre todos.
La verdadera fuerza motriz para el desarrollo de Chile no vendrá de un decreto. Viene de la energía que le pongamos en la calle, en la PYME, en la bodega y en el garage donde nace una nueva idea. Si queremos un país más ágil no podemos quedarnos esperando. El motor de cambio somos nosotros, la sociedad que crea y se atreve.
Siempre he creído que la innovación y el talento no tienen jerarquías ni color político. No importa si ya partiste o estás partiendo, lo que importa es la actitud, la proactividad y las ganas de crear valor. Por eso, hoy más que nunca, es fundamental conectar esos mundos que a veces se separan. Necesitamos que todos, desde el gerente al emprendedor, se sienten a conversar de igual a igual, sin prejuicios y sin etiquetas.
Hemos visto cómo esa colaboración real genera prosperidad. Esto no es solo un speech motivacional; es impacto puro. El emprendimiento es la herramienta más potente que tenemos para la movilidad social. Es un estilo de vida que nos obliga a ser proactivos, curiosos y a no rendirnos jamás.
Ya votamos. Ahora, dejemos de mirar la bandera política y miremos la bandera del futuro. El país lo construimos si todos, empresarios y emprendedores, grandes y chicos, corporaciones y startups, nos comprometemos a empujar con fuerza. No importa si somos de un lado o del otro, el progreso va hacia adelante.
El minuto de correr es para todos. ¡Vamos con todo por el futuro de Chile!



