Por Marisol Castillo, directora de Operaciones y Transformación Digital de Movistar Chile.
Vivimos un momento decisivo. El desarrollo tecnológico y la sostenibilidad ambiental no son caminos paralelos: se necesitan mutuamente. Desde Telefónica Movistar Chile asumimos hace años la convicción de que la digitalización puede -y debe- ser una fuerza para descarbonizar la economía.
En diez años, bajamos nuestras emisiones de CO2 desde 150 mil toneladas hasta 9.648 toneladas de CO₂ en 2025, reducción que significa más de un 90% nuestras emisiones directas. Para dimensionarlo, hablamos de lo que absorberían casi 450 mil árboles en un año o retirar más de tres mil automóviles de circulación. Alcanzar ese nivel de reducción no es un logro aislado: todas nuestras operaciones están certificadas bajo estándares internacionales de energías renovables y limpias adheridas a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), resaltando por ejemplo, ISO 14.001 en gestión ambiental, que acredita la mejora continua en seguridad y sostenibilidad de nuestros procesos. Hemos consolidado una gestión responsable de residuos y materiales, a través de la reutilización de equipos domésticos y móviles usados, además del reciclaje de más de 500 mil equipos del hogar y más de 350 toneladas de basura electrónica. Cabe destacar el impulso a un programa pionero de retiro y reciclaje de cables en desuso que contribuye a una infraestructura urbana más limpia y segura.
Pero este cambio no sería posible sin las personas. Nuestros clientes, proveedores, colaboradores y comunidades son el corazón de esta transformación. A través de iniciativas como la donación de equipos durante eventos en el Movistar Arena, promovemos la reutilización responsable y el acceso equitativo a la tecnología, extendiendo la vida útil de dispositivos y generando oportunidades para cientos de familias y organizaciones.
La digitalización descarboniza. Por cada tonelada de CO₂ que emitimos, la sociedad evita tres gracias a los servicios digitales que ofrecemos: teletrabajo, educación en línea, monitoreo energético inteligente y soluciones IoT que ayudan a otras empresas a reducir sus propias emisiones. Esa es la verdadera fuerza multiplicadora de la tecnología bien usada.
El desafío de la descarbonización no es exclusivo de los gobiernos: las empresas tenemos un rol clave y urgente. Transformar nuestros modelos operativos, invertir en innovación sostenible y fomentar hábitos responsables entre los usuarios es una tarea compartida. En Telefónica creemos que el progreso digital y el respeto por el planeta no sólo pueden coexistir, sino que se potencian entre sí.
Un futuro digital y verde no es un ideal lejano. Está ocurriendo hoy, y depende de todos nosotros hacerlo irreversible.


