Escuchar antes de aconsejar. Acompañar antes de dirigir. Entender a la persona antes que al negocio. Ese es el espíritu que ha marcado la historia de la Red de Mentores de Simón de Cirene, una comunidad que ya cumplió 10 años impulsando a miles de emprendedores a avanzar con más claridad, confianza y propósito.
Desde ETM, en alianza con Simón de Cirene, Diario Sustentable conversó con Beatriz Masferrer, directora de la Red de Mentores, quien resume así la esencia del programa:
“La habilidad más importante es la escucha. Escuchar de verdad y descubrir lo que el emprendedor realmente necesita”.
Una red construida desde el acompañamiento humano
La Red de Mentores reúne a profesionales voluntarios de distintas áreas que, más que entregar conocimientos técnicos, acompañan procesos, ayudan a ordenar ideas, y generan un espacio de confianza para que cada emprendedor pueda crecer.
Masferrer lo explica con claridad: “La mentoría no es un curso ni un financiamiento. Es estar al lado del emprendedor, comprenderlo, motivarlo y acompañarlo en sus decisiones”.
Cada mentor es seleccionado por sus habilidades blandas, no sólo por su experiencia técnica, y luego preparado metodológicamente para realizar mentorías profesionales.
“Alguien puede saber mucho de un tema, pero no necesariamente estar preparado para ser mentor. La escucha y la empatía son clave”.
¿Qué desafíos son los más comunes para los emprendedores?
Las problemáticas que más llegan a la red se repiten sin importar el tamaño o rubro del proyecto:
- Modelos de negocio que necesitan ajustes
- Estrategias de ventas y marketing
- Planificación y gestión del tiempo
- Falta de orden en el back office
- Soledad en el proceso emprendedor
Para cada uno de esos desafíos, el rol del mentor es acompañar, orientar y ayudar a ordenar la casa.
Historias de transformación: “Es otra persona, es otro emprendimiento”
Antes de liderar la red, Beatriz acumuló más de 12 años como mentora. Y uno de esos casos la marcó profundamente.
“Cuando me pidieron acompañarlo, lo leí y dije: sí, quiero estar ahí”, recuerda. Tras cuatro meses de trabajo conjunto, el emprendedor no sólo cambió su negocio: transformó su mirada y alcanzó incluso clientes internacionales.
Las mentorías duran en promedio cuatro meses, con al menos ocho sesiones. Pero la relación no termina ahí: el acompañamiento continúa por WhatsApp, mensajes y seguimiento permanente.
Un ecosistema que crece gracias a la colaboración
Hoy, la red cuenta con cerca de mil mentores que han participado en distintos programas. Muchos llegan por recomendación, otros a través de la página web, y todos comparten un rasgo común: el compromiso.
Para mantener una comunidad viva durante una década, la clave ha sido el acompañamiento mutuo: “Tú acompañas a un emprendedor… y nosotros te acompañamos a ti”.
Eventos, capacitaciones internas, actividades periódicas y un newsletter trimestral permiten mantener activa una red que se ha convertido en una verdadera comunidad de aprendizaje y propósito.
Mirando hacia adelante: tecnología sí, pero sin perder el vínculo humano
De cara al 2026 y los próximos años, la red se prepara para integrar nuevas herramientas digitales sin perder la esencia que la ha definido desde el inicio.
Beatriz lo resume con una frase que se transformará en uno de los sellos de la red: “Queremos usar más tecnología, pero nunca perder el afecto. Sin afecto no hay efectos”.