Por Francisca Angerstein, Líder de Sustentabilidad y Creación de Valor Compartido de Nestlé Chile
En los últimos años, el concepto de “creación de valor compartido” ha ganado protagonismo en la conversación pública y empresarial. Más que un enfoque que vincula sostenibilidad y desarrollo económico representa una nueva forma de entender la relación entre empresas, comunidades e instituciones locales.
Esta perspectiva parte de una premisa fundamental: los diagnósticos diseñados desde la distancia suelen quedarse cortos frente a los matices, desafíos y capacidades propias de las comunas, especialmente en un país tan extenso y diverso como Chile. Por ello, aportar priorizando la mirada local se vuelve decisivo para lograr los cambios.
Este trabajo conjunto requiere flexibilidad para adaptar proyectos a distintos contextos. En esa línea, desde 2006 el Fondo de Desarrollo Local Henri Nestlé ha sido una pieza clave para apoyar y fortalecer a organizaciones sociales en 7 comunas del país donde estamos presentes con nuestras fábricas. Es una iniciativa que contempla acompañamiento integral —capacitaciones, asesoría técnica y seguimiento— para ayudar a que los proyectos perduren en el tiempo y dejar capacidades instaladas en los vecinos, que les permitan gestionar más recursos para sus iniciativas.
De eso se trata la verdadera creación de valor compartido, de contribuir a que las comunidades cuenten con las herramientas necesarias para sostener sus propios procesos de desarrollo.
Todo esto nos ha permitido concretar el apoyo a más de 100 proyectos comunitarios, impactando la vida de más de 10.000 personas en áreas como educación, salud, medioambiente, nutrición e inclusión.
Son 10.000 historias de superación que nos llenan de orgullo y nos impulsan a seguir entregando las herramientas necesarias para hacer crecer a nuestras comunidades, con acciones concretas que mejoren la calidad de vida de sus territorios.



