Por María Elba Chahuán, vicepresidenta y fundadora de Unión Emprendedora
Se acercan las elecciones presidenciales en Chile y con ellas, la oportunidad de repensar cómo queremos que funcione nuestro país. Para que las decisiones políticas realmente impulsen el desarrollo, no podemos dejar fuera a un actor clave: los emprendedores. Ellos no solo generan empleo y riqueza, sino que también son los que experimentan de primera mano los desafíos del ecosistema productivo.
Es fundamental que los emprendedores sean escuchados, tanto por el sector público como por el privado. Participar activamente en la construcción de políticas públicas y marcos regulatorios es más que un derecho: es una necesidad para que las leyes y programas realmente fomenten la innovación, la competitividad y el crecimiento inclusivo. Quienes hemos trabajado con pymes y emprendimientos sabemos que la realidad de un emprendedor no siempre se refleja en las decisiones que se toman desde las oficinas centrales.
El país necesita un diálogo constante entre los tomadores de decisiones y quienes están en terreno. Propuestas de simplificación administrativa, acceso a financiamiento, incentivos a la innovación y formación de capital humano son algunos de los temas que deben surgir desde quienes crean y lideran empresas día a día. Solo así podremos diseñar un ecosistema más justo y eficiente, donde las oportunidades no dependan de suerte, contactos o región, sino que de talento, esfuerzo y creatividad.
Además, involucrarse no es solo exigir cambios: es colaborar. Los emprendedores pueden aportar experiencia concreta, datos de campo y soluciones innovadoras que ayuden a que las políticas públicas sean efectivas y sostenibles. Esto fortalece la gobernanza, crea puentes entre el sector público y privado, y genera confianza en la ciudadanía, mostrando que el crecimiento económico puede ser inclusivo y estratégico.
Como país, debemos reconocer que el rol del emprendedor va más allá de generar negocios: somos actores activos del desarrollo nacional. Participar en la nueva gobernanza es una responsabilidad, pero también una oportunidad para aportar soluciones reales a problemas reales, construyendo un Chile más innovador, competitivo y equitativo.
El próximo ciclo político será la oportunidad de abrir estos espacios de diálogo y colaboración. Los emprendedores debemos estar presentes, escuchando, proponiendo y contribuyendo para que las decisiones de hoy fortalezcan el país que queremos mañana.



