El objeto 3I/ATLAS, detectado por el telescopio ATLAS en Río Hurtado, Región de Coquimbo, es el tercer viajero interestelar conocido. Su hallazgo refuerza el liderazgo de Chile en la exploración astronómica mundial.
La mirada de la astronomía mundial vuelve a posarse en Chile. El motivo: la detección del objeto 3I/ATLAS, un cuerpo celeste proveniente de fuera del sistema solar, descubierto por el telescopio de sondeo ATLAS, instalado en Río Hurtado, Región de Coquimbo. Este hallazgo lo convierte en el tercer objeto interestelar conocido, después de los emblemáticos ‘Oumuamua’ (2017) y ‘Borisov’ (2019), abriendo nuevas interrogantes sobre el origen y la composición de estos viajeros cósmicos.
“Se trata del tercer objeto interestelar detectado. Por su órbita, se estima que nació orbitando otra estrella y que fue expulsado para comenzar su viaje por el espacio”, explicó el Dr. Markus Rabus, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), doctor en Astrofísica y Master of Science in Applied Physics.
El especialista detalla que su trayectoria y velocidad confirman que no se encuentra ligado gravitacionalmente al Sol. “Estos objetos cruzan nuestro sistema solar a gran velocidad y con trayectorias hiperbólicas, lo que indica que vienen del espacio interestelar y no regresarán jamás”, añadió.

Chile, epicentro de la observación astronómica
El hallazgo fue posible gracias a las condiciones únicas de observación del norte de Chile, una región privilegiada por su cielo despejado y su baja contaminación lumínica. “Fue detectado por el telescopio ATLAS, ubicado en Río Hurtado, diseñado para escanear el cielo en busca de objetos que se muevan o cambien rápidamente. Es importante destacar que Chile cuenta con algunos de los telescopios más potentes del mundo”, señaló Rabus.
El académico destacó también la colaboración internacional detrás de este tipo de avances. “Cada descubrimiento como éste muestra que los grandes progresos en astronomía se logran gracias a la cooperación entre observatorios y al acceso privilegiado que tiene Chile al cielo más claro del planeta”, subrayó.
Una cápsula del tiempo cósmica
Más allá del asombro científico, el valor de 3I/ATLAS reside en las pistas que podría ofrecer sobre la historia del universo. “Probablemente se trate de un objeto muy antiguo que puede proporcionarnos información sobre la composición química del universo anterior a la formación de nuestro propio sistema solar”, explicó el Dr. Rabus.
Al haberse originado en otro sistema estelar, su estudio permitirá comparar los procesos de formación planetaria. “Se asume que nació en un disco protoplanetario de otra estrella, lo que nos permitirá obtener información sobre los modelos de discos protoplanetarios y la evolución temprana de los sistemas planetarios”, detalló el astrofísico.
Rabus agrega que estos objetos son verdaderas “cápsulas del tiempo” del cosmos: “Son fragmentos del material original que formó los planetas, pero procedentes de otras estrellas. Contienen información sobre cómo se formaron los primeros compuestos sólidos del universo”.
Ciencia y curiosidad humana
El investigador aclara que, a diferencia de las interpretaciones populares, estos cuerpos no son naves espaciales ni señales de vida inteligente. “La ciencia es clara: lo que observamos son cuerpos naturales expulsados por procesos gravitacionales, no estructuras artificiales. Su rareza está en su procedencia, no en su naturaleza”, enfatizó.
Finalmente, Rabus reflexiona sobre el impacto humano de este tipo de descubrimientos:
“Cada objeto interestelar que detectamos nos recuerda que no estamos aislados, que formamos parte de un universo dinámico, en constante movimiento y lleno de historias que aún no comprendemos del todo.”



