Durante su participación en el IDF World Dairy Summit 2025, conferencia internacional de la industria lechera que se realizó en Chile, Antonia Wanner, Chief Sustainability Officer de Nestlé, compartió la visión global de la compañía para enfrentar el cambio climático desde el corazón del negocio lácteo, impulsando innovación, colaboración y resiliencia en toda su cadena de valor.
Con una mirada amplia y optimista, Antonia Wanner reflexiona sobre los desafíos de la industria alimentaria frente al cambio climático y la necesidad de convertir las metas ambientales en oportunidades de transformación.
“Cuando hay un desafío, siempre hay una oportunidad. Esa ha sido nuestra convicción en Nestlé. El cambio climático no solo nos exige reducir emisiones, sino también fortalecer la resiliencia de los agricultores y comunidades con las que trabajamos”, afirma Wanner.
Un compromiso con metas concretas
La ejecutiva explica que el camino hacia una producción más sostenible se intensificó en 2020, cuando la compañía decidió abordar directamente los impactos de los gases de origen agrícola en su huella ambiental.
“Nos comprometimos a reducir un 20% nuestras emisiones agrícolas al 2025, y alcanzamos esa meta un año antes. Pero este viaje va más allá de las cifras. Nuestro objetivo es lograr la carbononeutralidad al 2050 y, al mismo tiempo, impulsar una agricultura más resiliente y regenerativa”, señala.
Wanner destaca que esta evolución ha sido posible gracias a una red global de más de 150.000 productores y 200 proveedores de ingredientes lácteos, que trabajan junto a Nestlé en la adopción de prácticas sostenibles.
“La leche sigue siendo un ingrediente esencial para nosotros. No es reemplazable, pero sí puede producirse de una manera más sostenible y regenerativa. Ese es el corazón de nuestra estrategia”, añade.
Casos que inspiran: el caso de Latam
Durante su intervención, Wanner compartió ejemplos concretos de cómo el enfoque sustentable de Nestlé ha generado beneficios ambientales y sociales en distintos países.
En Chile, Nestlé impulsa programas de agricultura regenerativa que promueven la salud del suelo, la reducción del uso de fertilizantes y el aumento de la productividad.
“Cuando trabajamos desde la perspectiva de los agricultores, los resultados son evidentes: más productividad, mayor resiliencia y mejores ingresos. Así, la sostenibilidad se convierte también en una oportunidad económica”, enfatiza Wanner.
Innovación colaborativa: el “menú de soluciones”
Uno de los pilares de esta estrategia es lo que Nestlé denomina “menú de soluciones”, un enfoque flexible que adapta las prácticas agrícolas a las condiciones locales de cada territorio.
“Cada país y cada cultivo tiene su propio contexto. Por eso diseñamos un menú de soluciones que permite abordar distintos tipos de gases —metano, óxido nitroso o CO₂— con estrategias diferenciadas. Lo importante es trabajar junto a los agricultores para encontrar el cóctel climático que mejor funcione para su realidad”, explica Wanner.
Este enfoque, agrega, ha permitido a Nestlé desarrollar tecnologías regenerativas y modelos de trabajo colaborativos con universidades, startups y comunidades rurales.
De la sostenibilidad a la resiliencia
Para Wanner, la gran lección del proceso ha sido entender que la sostenibilidad es solo el punto de partida. “Lo que comenzó como un plan técnico de reducción de emisiones se transformó en una estrategia integral de resiliencia. Hoy, no solo ayudamos a los agricultores a producir de manera más limpia, sino también a ser más resistentes frente a la crisis climática”, afirma.
“El viaje que empezó con la lente de las plantas verdes terminó ofreciendo soluciones que fortalecen comunidades, protegen el planeta y aseguran el futuro del negocio. Eso es bueno para los agricultores, para la Tierra y también para Nestlé”, concluye Wanner.
