T-MAS: La brújula verde que guía el avance de Chile en finanzas sostenibles

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Por Daniel Gracián, Director de Finanzas Sostenibles, Scotiabank.

En julio, el Ministerio de Hacienda dio un paso decisivo al presentar oficialmente la Taxonomía de Actividades Económicas Ambientalmente Sostenibles de Chile (T-MAS), con el objetivo de establecer un sistema más coherente y transparente para evaluar actividades económicas sostenibles.

Este nuevo marco permitirá al sector financiero, bancos de desarrollo, inversionistas y mercados de capital orientar de manera más eficiente los recursos hacia el desarrollo sostenible y la acción climática, posicionando las inversiones alineadas con criterios ESG como una clase de activos más creíble y atractiva en el mercado chileno. Esto, a su vez, puede fortalecer a las empresas locales en el escenario global y hacer su oferta de productos más competitiva.

Scotiabank ha sido un socio clave en este proceso, consolidándose como líder en financiamiento sostenible en Chile y participando en transacciones emblemáticas tanto para emisores públicos como privados. El equipo de Finanzas Sostenibles del banco también fue invitado a contribuir en la elaboración de la taxonomía, participando en los grupos técnicos que dieron forma a esta herramienta.

En su primera fase, T-MAS abarca nueve sectores estratégicos, entre ellos minería, energía, construcción, transporte e inmobiliario. Esto la convierte en una de las primeras taxonomías del mundo en incorporar formalmente el sector de minería y extracción, un avance relevante considerando su huella ambiental y su rol central en la economía chilena.

La taxonomía clasifica la minería como una “actividad de transición”, esencial para avanzar hacia una economía climáticamente neutra con menor intensidad de carbono. Esto implica una reducción progresiva de las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente aquellas asociadas a combustibles fósiles. Los niveles de emisión deben reflejar el mejor desempeño dentro del sector. Además, la actividad no debe obstaculizar el desarrollo o adopción de alternativas bajas en carbono, ni extender la operación de activos intensivos en carbono más allá de su vida útil económicamente viable.

T-MAS establece criterios técnicos específicos para ocho actividades económicas elegibles dentro del sector, que incluyen desde la extracción y procesamiento de cobre, hierro, oro y plata, hasta la minería química y la extracción de sal. Al incluir la minería, Chile abre la puerta a inversiones nacionales y extranjeras en actividades orientadas a mitigar el impacto climático, impulsar la sostenibilidad de esta industria clave y contribuir a los objetivos globales de desarrollo sostenible.

La inclusión de estos sectores no es casual: representan una parte significativa del PIB de Chile y de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Su presencia en la taxonomía tiene el potencial de movilizar inversiones que aceleren la transición hacia una economía más resiliente y descarbonizada.

La taxonomía chilena es un hito. Refleja un compromiso profundo con la sostenibilidad, especialmente a través de la incorporación de criterios ambientales robustos, umbrales de mitigación del cambio climático y requisitos específicos para el sector minero. El país cuenta ahora con una brújula regulatoria para orientar sus decisiones económicas hacia el desarrollo sostenible. Sin embargo, contar con la herramienta no basta: el éxito de T-MAS dependerá de la capacidad colectiva —sector público, privado y sociedad civil— de utilizarla con convicción y responsabilidad. Desplegar su potencial es, en definitiva, tarea de todos.

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